(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – Consciente de que lo que sucede en la actualidad en China es significativamente importante para el resto del mundo, Luis Schmidt, embajador de Chile en este país, aprecia mucho la oportunidad de asistir por segundo año consecutivo a las sesiones de la Asamblea Popular Nacional (APN) y la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPCh).
Poder estar en estas sesiones como “espectador privilegiado” y conocer lo que está pasando en el país y las políticas que se van a implementar es muy importante para el cuerpo diplomático, porque somos nosotros los primeros que podemos informar a nuestros países, comentó en declaraciones a China.org previo a la apertura de la APN.
Después de estar presente en los debates de 2011, en los que se abordaron los resultados del anterior plan quinquenal de desarrollo y se presentó la estrategia del país para los siguientes cinco años, Schmidt reconoce sentir una gran curiosidad por la forma en que el país va a enfrentar los retos que tendrá por delante en 2012, en particular el cambio de Gobierno que se deberá llevar a cabo a finales de este año.
Como el resto de la opinión pública internacional, este empresario devenido diplomático da por sentado que el próximo presidente chino será el actual vicepresidente Xi Jinping y no oculta su especial curiosidad por saber cómo el futuro Ejecutivo llevará adelante las políticas que se aprueben en la APN.
Esta será, comentó, la quinta generación de mandatarios chinos desde la fundación de la República Popular China, en la cual, a diferencia de las anteriores, hay no pocos políticos jóvenes que han estudiado en muchas de las mejores universidades de Estados Unidos, Europa, Australia o Nueva Zelanda y tienen otra mentalidad.
Después de los logros alcanzados por el país en más de tres décadas de reforma y apertura, el nuevo Gobierno encontrará desafíos enormes, “que tienen que ver con las cuotas libertad, con las cuotas de democracia, con las cuotas de mayor respeto de los derechos humanos”.
Al valorar la gestión de los casi 10 años de mandato del presidente Hu Jintao, Schmidt aseguró tener la mejor opinión y destacó el hecho de que gracias a la gestión de su Gobierno, alrededor de 500 millones de chinos han salido de la pobreza extrema. Ante un ejemplo como ese, “lo único que uno puede hacer es ponerse de pie, sacarse el sombrero y aplaudir”.
Yo diría, añadió, que no hay ningún país en el mundo capaz de vanagloriarse de conseguir lo que China ha conseguido en 30 años de reforma y apertura. “Por eso aplaudo a este Gobierno, por lo que ha hecho no solo por el país, sino por el mundo entero”.