Muchos jóvenes urbanos quieren un buen descanso sin viajar largas distancias, pero desean pasar una fiesta creativa, por lo tanto, eligen conducir el coche a algún hostal en las afueras de la ciudad, donde pueden degustar los platos típicos del campo, por ejemplo, sopa de pollo, carne de jabalí, verduras silvestres, etc. Los platos, que no son de alta cocina, permiten experimentar la vida rural que llevaban sus padres, quienes podrán así rodearse de las historias pasadas en un ambiente similiar, creando un clima cordial y amistoso entre todos los miembros de la familia, para desear el año nuevo más feliz.