Por ello, el gobierno, según Wen, ha convertido en prioridad esta cuestión y utilizará los factores ventajosos de los que dispone para atajar el problema, como la sobreproducción industrial, las abundantes reservas de cereales y divisas, que son el as en la manga con el que la administración china puede efectivamente poner bajo control la escalada de precios.
También en este aspecto, uno de los asuntos que más descontento genera en la población es el precio de la vivienda, especialmente en las ciudades. La regulación y el control del mercado inmobiliario serán otra de las principales líneas económicas de la labor gubernamental para el próximo lustro.
La construcción de viviendas sociales y de alquiler moderado será una de las estrellas del plan, junto con las mejoras en las políticas fiscales sobre bienes raíces.
Población: por debajo de los 1.390 millones para 2015
Otro de los objetivos lanzados por el primer ministro es el control de la población con vistas a 2015. En el XII Plan Quinquenal, se indica como meta mantener la población por debajo de 1.390 millones para dicho año.
Las últimas cifras adelantadas por el Buró Nacional de Estadísticas (BNE) apuntaban a unos 1.341 millones de habitantes en el país, según el último censo de 2010.
El control del crecimiento de la población reviste una gran importancia, teniendo en cuenta la necesidad de extender los beneficios del crecimiento, la seguridad social e incrementar el nivel de vida de los ciudadanos. Un crecimiento demográfico excesivo alejaría esos objetivos y haría mucho más difícil extender los beneficios del desarrollo al conjunto de la población.
Investigación y desarrollo
Uno de los objetivos señalados por Wen en su intervención es “construir las bases para la transformación del modelo de crecimiento económico”. El cambio de modelo económico para reducir la dependencia de las exportaciones y concentrarse en el mercado interno y la innovación, es uno de los puntos más destacados del nuevo Plan Quinquenal.
En esa dirección, Wen anunció que el gobierno invertiría el 2,2 por ciento de su PIB en investigación y desarrollo científico entre 2011 y 2015. A finales de 2010, el porcentaje en esa materia era de 1,8 por ciento.
Se trata, pues, de una medida clara para convertir a China en uno de los principales centros de la investigación y la innovación tecnológica a nivel mundial.