(Manuel Pavón Belizón /SPANISH.CHINA.ORG.CN) – Desde la adopción del primero en el año 1953, los Planes Quinquenales han sido la forma de planificación socioeconómica más importante de China. Este tipo de planificación ha resultado muy efectiva a la hora de trazar las vías por las que discurrirá el futuro del país.
Para muchos occidentales, el concepto de ‘Plan Quinquenal’ suele tener ciertas connotaciones soviéticas; sin embargo, este sistema de planificacion ha sabido actualizarse a los cambios del país en los últimos años.
En el caso de China, no debemos pensar en un Plan Quinquenal como una estructura de directrices rígidas, sólidas e inamovibles; las medidas que se bosquejan en los planes quinquenales elaborados por Pekín suelen ser flexibles y se van revisando, adaptando y actualizando según las nuevas necesidades y realidades que vayan surgiendo durante sus cinco años de vigencia.
Por eso, las medidas que salgan aprobadas de las sesiones de la APN y la CCPPCh de este año quizá no llegarán de la misma forma hasta el año 2015. Por el camino habrán sufrido cambios, fruto de efectos inesperados, nuevos fenómenos, contradicciones y obstáculos, pero también fruto de los logros y mejoras producidos.
El XII Plan Quinquenal (2011-2015) que se debate en las sesiones de este año tiene unas líneas muy generales, que ya fueron lanzadas en una propuesta de 12 partes elaborada entre el 15 y el 18 de octubre del año pasado.
Esas líneas mayores hacen especial hincapié en el desarrollo del mercado interno a través del fomento del consumo para reducir la dependencia de las exportaciones; la modernización del sector industrial, focalizándolo más en las nuevas tecnologías y la eficiencia energética, una medida que, de paso, contribuirá a cumplir los compromisos sobre reducción de emisiones del país y que ya está convirtiendo a China en líder mundial de la industria de las energías renovables.
La modernización agrícola es otro de los puntos clave, y quizá menos comentado. Los destellos del desarrollo galopante chino y sus megaurbes suelen deslumbrarnos y hacernos olvidar que hablamos de un país donde la gran mayoría de sus más de 1.300 millones de habitantes (concretamente el 38,1 por ciento de la población empleada) vive del sector agrícola.
Esa sería la estructura básica y abierta, las líneas generales; los planes quinquenales chinos pueden compararse con una estantería que progresivamente, durante cinco años, se va rellenando con nuevos elementos.
Todo ello, destinado a promover el desarrollo sostenido y estable del país –aunque a una velocidad un poco más reducida, como indicó recientemente Wen Jiabao- y permitir extender el bienestar en una sociedad que presenta problemáticas muy complejas. De la gestión de estas complicaciones y la satisfacción de los ciudadanos dependerá el rumbo del país.
No olvidemos tampoco que este XII Plan Quinquenal será el último que implementen la actual cúpula dirigente, con Hu Jintao y Wen Jiabao a la cabeza, que deberán ceder el paso a un nuevo gobierno después de dos años.