Los esfuerzos del gobierno chino por desarrollar el centro y el oeste del país en los últimos años han mejorado notoriamente la infraestructura de transportes y el ambiente de inversión en las citadas regiones.
Muchas fábricas radicadas desde hace años en las costas han venido trasladándose paulatinamente a las regiones del interior, con el doble objetivo de garantizar acceso a la mano de obra y reducir los costos de producción.
Liu también atribuyó la falta de empleados a la contracción del mercado laboral nacional debido a la vez al aumento de la tasa de matrícula en los centros de enseñanza superior, que a lo largo de la última década se ha multiplicado más de siete veces, y a la política del "hijo único", la cual ha estado vigente desde 1977.
Con el fin de aliviar el problema, el gobierno de Anhui ha venido organizando actividades de reclutamiento en las zonas rurales para persuadir a los campesinos de que se empleen en las ciudades, y para capacitarlos, de forma gratuita, en diferentes áreas laborales.
El programa, que fue lanzado en la ciudad de Wuhu el pasado día 10, se extenderá durante tres meses.
A finales de 2010, China contaba con alrededor de 17 millones de trabajadores migrantes, de los cuales unos 4 millones estaban en Anhui.
"Las firmas de la provincia deberán esforzarse por mejorar las condiciones e incrementar los sueldos si quieren atraer más obreros", aseguró Liu.
Entre tanto, también deberán esforzarse por elevar la escala económica, con el objetivo de liberarse, al menos en parte, de la mano de obra barata, agregó.
Yao Shujie, profesor de Economía de la Universidad de Nottingham, en el Reino Unido, dijo que la escasez de trabajadores por la que atraviesa China es un problema a largo plazo, y que la solución definitiva es la transformación de la economía basada en la manufactura, de labor intensiva y con un bajo nivel de habilidad, hacia un modelo más diversificado y de alta tecnología.