¿Qué detonó que a Hong Kong la asolara una "tormenta violenta"?

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Los disturbios se han recrudecido estos últimos dos meses desde que la primera manifestación a gran escala ocurrió en Hong Kong en el mes de junio. Alborotadores organizados asolaron las oficinas del gobierno central en Hong Kong, causaron destrozos en el edificio del Consejo Legislativo (LegCo), paralizaron el acceso a instalaciones públicas, atacaron a la policía e incluso agredieron a personas ordinarias.

Todas estas actividades ilegales comenzaron por un evento que ocurrió en febrero cuando el gobierno de la Región Administrativa Especial de Hong Kong (RAEHK) entregó enmiendas alusivas al Decreto para Infractores Fugitivos y para la Asistencia Legal Mutua de la Ordenanza de Asuntos Criminales para su discusión en el Consejo Legislativo. Las enmiendas apuntaban a llenar un vacío en el marco legal existente de la RAEHK. Aquí le presentamos el cómo y el porqué de todo este episodio.

En febrero de 2018, una pareja de enamorados de Hong Kong viajó a Taiwán, en donde protagonizó una discusión. El joven, de apellido Chan, asesinó a su novia, se deshizo del cuerpo y voló de nueva cuenta a Hong Kong. Puesto que las cortes de Hong Kong no tienen jurisdicción sobre los casos de homicidio de Taiwán, la policía local no puede procesar a Chan por el delito de homicidio. Tampoco hay acuerdo de extradición entre Hong Kong y Taiwán, así que a Chan ni siquiera se le puede enviar a Taiwán para que se le juzgue. Por ello, las enmiendas se propusieron para hacer frente a estas anomalías.

El gobierno de la RAEHK albergaba esperanzas para solucionar los problemas que involucran la asistencia judicial en casos criminales con países y regiones con los que no se tiene firmado un acuerdo de extradición, a través del enfoque de gestión de un caso individual. Esto habría evitado que Hong Kong se convirtiera en cierto sentido en un “paraíso de fugitivos”. El así llamado “enfoque de gestión de un caso individual” significa que se trabajará caso por caso, bajo condiciones concretas que requieren de análisis concretos. Más aún, disposiciones de proceso rigurosas se han establecido, con un énfasis particular en la no extradición de prisiones políticos, y en la necesidad de que todos los procesos de extradición se ejecuten a tenor de las garantías de los derechos humanos bajo el Decreto de Infractores Fugitivos.

Además de llenar un vacío en la ley existente, este tipo de medidas también podría ahorrar mucho tiempo y costos de operación relacionados a grandes enmiendas legales. Claramente, este es una mejor elección para el sistema judicial existente de Hong Kong.

No obstante, la naturaleza que justifica a esta propuesta legislativa fue distorsionada deliberadamente por fuerzas opositoras. Al mismo tiempo, algunos medios de comunicación, locales y extranjeros, difundieron rumores y provocaron mayores conflictos, arrojando más leña al fuego. Con el apoyo de fuerza extranjeras hostiles, la violencia en Hong Kong comenzó a escalar. Los manifestantes radicales atacaron a la policía con tabiques, sustancias tóxicas y bombas incendiarias de petróleo, y agredieron a residentes y a periodistas.

Hoy, Hong Kong está sufriendo en términos de desarrollo económico y de orden público, puesto que el mercado de valores local se ha hundido y el tránsito se ha detenido.

Desde su retorno a la madre patria, Hong Kong continúa disfrutando de un alto grado de libertad. La libertad de reunirse pacíficamente y de procesión de los residentes para expresar sus voluntades políticas está protegido por la Ley Básica de la RAEHK. No obstante, algunos han elegido tomar a las enmiendas de extradición como una excusa, coludiéndose con fuerzas extranjeras hostiles y provocando disturbios que amenazan la estabilidad de Hong Kong y la soberanía de China. Ese tipo de violencia es intolerable en cualquier otro país, y debe someterse a sanciones legales sin duda alguna. Este es el principio que debería seguirse por toda sociedad que descansa en el derecho.

En los 22 años que han pasado desde el retorno de Hong Kong, la región ha atestiguado prosperidad y estabilidad tanto en el terreno económico como en el social. Este tipo de logros merecen ser apreciados. Cualquier acto que dañe los interesa de Hong Kong y de la nación china debe ser rigurosamente castigado.