Una reflexión sobre el XIX Congreso Nacional del Partido Comunista de China

Por ISMAEL ARTURO MONTERO GARCÍA*

A 12.000 kilómetros de distancia, China es uno de los destinos que nos parecen más lejanos desde México, es cierto, está del otro lado del mundo. China, ocupa casi 10 millones de km2, es el cuarto país más grande en extensión en el orbe; además, cuenta con la mayor cantidad de habitantes: son más de 1300 millones de personas que viven el contraste que resulta de la tradición enfrentada a la modernidad.

En septiembre del año 2011 visité China, 34 años después de mi primera visita que realicé en mayo de 1977. En el año de 2011, me encontré con una nación radicalmente transformada. Se replantea su futuro en el XIX Congreso Nacional del Partido Comunista de China, inaugurado el 18 de octubre de 2017. Para mí, visitar China en dos ocasiones es un hecho trascendente, porque de alguna forma he sido testigo de una transformación prodigiosa. En 1977, las naciones del mundo soportaban las tensiones entre Oriente y Occidente, actualmente estamos inmersos en la globalización, sin duda los tiempos han cambiado. Actualmente China se constituye como “un gran país socialista moderno” en palabras de Xi Jinping, su mandatario. De mi última visita en 2011, justamente antes del XVIII Congreso Nacional del Partido Comunista de China, la nación ha elevado su Producto Interno Bruto de 54 billones a 80 billones de yuanes, algo así como 12,1 billones de dólares. Por hechos como este, China acapara la atención internacional, lamentablemente en México, China aún nos sigue quedando demasiado lejos, seguimos apegados a Estados Unidos de América. En estos difíciles momentos para la economía mexicana por las contradicciones que amenazan al Tratado de Libre Comercio de América del Norte que firmamos en 1988, cabe la reflexión si no debemos estar más atentos a lo que sucede en China durante su XIX Congreso Nacional.

Durante este congreso quinquenal, sin duda, se renovará el mandato de Xi Jinping, China continuará con su doctrina del "sueño chino", un sueño que al parecer no está lejos de nuestro continente, pues se plantea una mayor expansión comercial con América Latina, del país asiático que desde 2009 es el mayor exportador de manufacturas del mundo. Es de esperar que la balanza deficitaria de los países latinoamericanos con China, no se incremente. No estaría nada mal que en México elaboremos productos utilizando insumos chinos, con esto se contribuiría a mejorar la balanza, y de esta forma China se conformaría como un importante aliado comercial.

Tres momentos históricos me sirven para esta reflexión sobre China: el primero en 1977, al visitar el país al final de la Gran Revolución Cultural, que abarcó de 1966 a 1976 con una economía planificada; el segundo, cuando visité el país en el año 2011, abarcando desde 1978 hasta el 2012 con el XVIII Congreso Nacional del Partido Comunista de China, etapa de una economía mixta orientada al comercio exterior, con un sorprendente éxito, porque en su última década obtuvo un crecimiento anual promedio del 10,5%; y el tercero, de 2012 al presente con el XIX Congreso Nacional, bajo la dirección de Xi Jinping, que de Secretario General del Partido Comunista Chino pasó en 2013 a ocupar el cargo de Presidente de la República Popular China. Durante su etapa de gobierno se ha mantenido un desarrollo económico sólido, que a manera de ejemplo en el año 2016 generó una riqueza de 10,830 millones de dólares.

Los pilares de la nación asiática, que se revelan en este XIX Congreso del PCCh, y que nos sirven de reflexión son: la lucha contra la corrupción con el castigo a miles de funcionarios deshonestos; el haber sacado de la pobreza a más de 60 millones de personas; la fortaleza ideológica del régimen; el abatir la desigualdad de ingresos con el crecimiento de la clase media, el fortalecimiento de las empresas estatales y la apertura económica, entre los aspectos más relevantes.

En este XIX congreso, se discuten los proyectos de la nación para las próximas décadas, como mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos y las reformas ambientales, un tema que sin duda interesa ampliamente a la opinión pública internacional. A casi 100 años de la fundación del Partido Comunista de China (1921), se plantea una “Nueva Era” con un país socialista moderno manteniendo el mismo sistema de gobierno, porque en palabras de Xi Jinping “La puerta abierta de China no se cerrará, sino que se abrirá más”. China proyecta así su liderazgo mundial, para México, es de esperar entonces, que la prosperidad de la superpotencia sea compartida con nuestra nación a través del comercio. China, por lejos que nos parezca es nuestra vecina en la Cuenca del Pacífico.

*Investigador del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de México.

Fuente: China Hoy