La reuniones políticas masivas en China con frecuencia evocan recuerdos dolorosos de chinos más viejos que pasaron por las violentas "sesiones de lucha de clases" durante la tumultuosa Revolución Cultural de los sesenta y los setenta.
Las personas etiquetadas como "enemigas de clase", en muchos casos jefes de oficinas gubernamentales, escuelas e institutos estatales, eran arrastradas hacia la multitud con las manos atadas a la espalda y en ocasiones eran golpeadas hasta que morían.
Pero la reunión masiva ocurrida a fines de octubre en la ciudad de Yongledian, como muchas otras en la China rural de hoy, tuvo una dimensión política completamente diferente y mostró cuánto ha avanzado China en las últimas cuatro décadas en su sistema político.
En la plaza pública de Yongledian, en las afueras de Beijing al sureste de la ciudad, Ding Jianhua presentó su informe de trabajo anual a cerca de 5.000 aldeanos sentados en bancos. Todos tenían en la mano un cuestionario que decidiría la carrera política de este hombre de 53 años de edad.
Por tercera ocasión ante la multitud, Ding señaló que se ha habituado a estas sesiones de evaluación del desempeño realizadas una vez al año. Si su desempeño es calificado como "insatisfactorio" por la mayoría de los aldeanos durante dos sesiones consecutivas, Ding tendrá que renunciar como secretario del comité de la aldea de Nanxi del Partido Comunista de China (PCCh), independientemente del tiempo de su periodo en el cargo.
Yu Xuehe, secretario del Comité de Partido del distrito de Yongledian, dijo que en los últimos seis años, nueve jefes del Partido de la aldea en Yongledian han sido destituidos por la baja calificación obtenida en cuanto a su desempeño.
"Me siento presionado. No por temor a ser echado, sino porque tengo una reelección que ganar el mes próximo", dijo Ding. "Quiero que los aldeanos voten por mí".
La vibrante democracia encabezada por el PCCh, desde las elecciones directas hasta diversos mecanismos de verificación y equilibrio, han modificado de manera fundamental la cultura política en la China rural, en donde durante siglos de dinastías, la gente solía llamar a sus administradores "funcionarios padres".
Más de una semana después de la reunión masiva en Yongledian, el PCCh, el mayor partido gobernante del mundo con 82 millones de integrantes, convocó en Beijing su XVIII Congreso Nacional.
En un informe para establecer la agenda de desarrollo para los próximos cinco años o más, Hu Jintao hizo un llamado para realizar esfuerzos tanto activos como prudentes para "llevar a cabo la reforma de la estructura política y lograr que la democracia del pueblo sea más amplia, más plena en cuanto a alcance y más sólida en la práctica".
Aunque no es claro cuándo se ampliará una vibrante democracia como la de Yongledian a los niveles más altos de la jerarquía del Partido, los expertos políticos entrevistados por Xinhua, incluyendo a los involucrados en la elaboración del informe, señalan que el Partido es sincero en la búsqueda de la democracia y de cambios positivos y que, aunque no son inminentes, pueden esperarse. (Continúa