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La larga civilización
china es una de las pocas de origen propio en la
historia humana, y a la vez es la única no
truncada y de desarrollo continuo. Por su evolución
y proliferación nació la cultura china
de larga data, la cual ha florecido hasta nuestros
días.
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Caligrafía y pintura
Los caracteres chinos llegaron a su ser partiendo de dibujos
y signos, y su escritura y la evolución de ésta
originaron el arte caligráfico. Para el encanto
de este arte, sus autores emplean tan sólo papel,
pincel y tinta y producen trazos, pero sus estilos de
escritura y arte son muy variados y han continuado durante
milenios. En todas las épocas, el país ha
producido grandes calígrafos, cuyos estilos de
escritura y arte resultaron ser pautas durante las dinastías
en las que vivieron. Por consiguiente, la afición
a la caligrafía ha perdurado hasta el presente.
La Asociación China de Calígrafos y sus
filiales locales de diversos niveles han desarrollado
constantemente actividades de improvisación de
obras, y su intercambio de experiencias es muy activo.
La pintura china tradicional difiere del óleo occidental,
pues posee formas de expresión independientes.
Los dibujos encontrados en objetos de cerámica
del período neolítico, de hace seis o siete
mil años, son las obras pictóricas más
tempranas de China. Se afirma que “la caligrafía
y la pintura comparten un mismo origen” porque al
comienzo el hombre usaba el mismo instrumento para escribir
y pintar y producía principalmente trazos o líneas.
En una obra de pintura china, generalmente se escribe
un poema o dedicatoria para hacer de ella un todo artístico
y permitir al admirador disfrutar una belleza enriquecida.
En los viejos tiempos, muchas pinturas eran producidas
en paredes o biombos. Incluso hoy en las cámaras
sepulcrales de las dinastías Han (206 a.n.e.-220
n.e.) y Tang (618-907) se observan murales atractivos.
El retrato humano, la pintura de ríos y montañas
y la pintura de plantas y aves son géneros esenciales
de la pintura china tradicional, y de las épocas
anteriores hemos heredado un buen número de obras
bien expresivas.
El medio pictórico de la China contemporánea
sigue siendo muy activo. El Palacio de Bellas Artes de
China auspicia exposiciones individuales o colectivas
todo el año, y exhíbe cada año piezas
de pintura china tradicional en Japón, la República
de Corea, Estados Unidos, Canadá, Europa y otros
lugares del mundo. Aparte de la pintura mencionada, el
óleo, el grabado plástico y la acuarela
se han desarrollado en China por igual. Algunos artistas
han plasmado las técnicas de la pintura china y
occidental en su creación, de modo que se aprecia
ahora un panorama de obras de estilos diversos.
Artes aplicadas Estas artes
de China ostentan una gran variedad y técnicas
excelentes y han producido muchas maravillas. Se dividen
principalmente en artes aplicadas especiales y artes aplicadas
populares.
Las artes aplicadas especiales emplean materiales preciosos
o especiales, sus diseños y procesamiento son cuidadosos
y sus productos son elegantes y caros. Los tallados en
jade son piezas que usan esta piedra como material. Sus
artistas aprovechan plenamente las rayas, el lustre, el
color y la forma naturales del jade en el procesamiento
para obtener una combinación ingeniosa que buscan
dar a sus obras y resaltar así el encanto del mundo
natural. El cloisoné es un arte de fama mundial,
cuyo nombre Jingtailan en chino derivó del esmalte
azul producido durante el reinado Jingtai (1450-1457)
de la dinastía Ming. Sus piezas, de cuerpos de
cobre sostenidos, contienen hilos de cobre incrustados,
están galvanizadas de oro o plata y aparecen lujosas.
De este género hay botellas, tazas, copas para
premios, etc.
En cambio, las artes aplicadas populares saben más
a rasgos nacionales y locales y tienen una amplia gama
de variedades. Visto por sus técnicas de preparación,
hay géneros de recorte, montado, trenzado, tejido,
bordado, tallado, escultura y pintura.
Opera de Beijing y óperas locales
Entre las óperas chinas de más de 300 estilos,
la de Beijing es la de mayor divulgación e influencia
y procedió del Kunqu, que es un arte operístico
más antiguo. En mayo de 2001, el Kunqu fue incluido
por la UNESCO en el primer grupo de “Patrimonios
Orales y No Materiales Más Representativos de la
Humanidad”. La ópera de Beijing, que reúne
en sí el canto, el parlamento, el movimiento y
la acrobacia, se formó en la capital china en los
albores del siglo XIX. Sus más de dos siglos de
práctica escénica han acumulado un repertorio
de más de mil piezas excelentes y han desarrollado
un conjunto de música y actuación convencionales.
Después de las estrellas Mei Lanfang, Cheng Yanqiu,
Ma Lianliang, Zhou Xinfang y Du Jinfang, un grupo tras
otro de jóvenes actores se han incorporado al arte
de representación de la ópera de Beijing.
Desde los años 1990, el debut de Wang Rongrong,
Yu Kuizhi y otros de mejor maquillaje y más atractivos
ha asegurado una nueva generación de artistas para
esta ópera.
Sobre la base de mantener su propia tradición,
las óperas locales han introducido reformas e innovaciones
sin cesar. Entre ellas, las más activas son la
ópera de Zhejiang, la Huangmei y las de Sichuan,
Henan y Guangdong. La ópera de Tíbet tira
a colores religiosos, posee características peculiares.
Su representa-ción es vigorosa y, por ello, ha
gustado a un creciente número de espectadores chinos
y ex-tranjeros.
En cuanto al drama, que es un género introducido
del extranjero, ha conocido un palpable desarrollo en
las últimas décadas. Por ejemplo, la Casa
de té, producción del Teatro de Arte del
Pueblo y una obra representativa del drama chino, ha despertado
amplio interés en el país y el extranjero.
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