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A pesar de su historia milenaria y cultura espléndida,
la China de 1949 distaba mucho de la civilización
moderna. En ese entonces, en la república
recién nacida en medio de un panorama de
devastación, descuido de la vida nacional
y tareas pendientes de realización, sólo
el 20% de los niños en edad escolar podían
ingresar a la escuela, mientras que la tasa de analfabetismo
entre la población adulta era de 80%. Durante
los siguientes 50 años, la eliminación
del analfabetismo y la generalización de
la educación obligatoria han constituido
prioridad del gobierno. Los esfuerzos incansables
emprendidos imprimieron un vuelco positivo a la
situación de la educación básica
del país. Estos cambios han sido considerados
como “éxitos sin precedentes”
por la comunidad internacional. Desde 1984, 11 entidades
de China han conseguido premios en las actividades
relativas a alfabetización en la UNESCO;
seis de ellas fueron altamente elogiadas. A finales
del siglo pasado, la tasa de jóvenes analfabetos
descendió hasta menos del 5% .
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Durante largos años, bajo la orientación
política del gobierno chino y la garantía
de las leyes y reglamentos legales incluyendo la Ley de
Educación Obligatoria, la Ley de Educación
y la Ley de Magisterio, la meta de divulgación
básica de la educación obligatoria de nueve
años se materializó en lo fundamental en
todo el país a fines del siglo XX. En 2000, la
educación obligatoria de nueve años cubrió
el 85% de la población nacional, la tasa de matrícula
bruta de escuelas medias llegó al 88.6% y la de
matrícula de los niños en edad escolar ascendió
al 99.1%, lo que superó el nivel medio de los países
en vías de desarrollo en el mismo período.
La educación superior hizo rápidos progresos.
Las diversas disciplinas abarcan las ciencias filosóficas,
la economía, los derechos, la pedagogía,
la literatura, el arte, la historia, el neoconfucianismo,
entre las otras. Al mismo tiempo, se ha establecido y
consolidado el sistema de títulos académicos.
En 1980 se publicaron por primer vez los Reglamentos de
Títulos Académicos. Hasta finales de 2001,
existían en el país 1.225 centros de enseñanza
superior regulares, con 7.190.000 matriculados, lo que
supone una vez y medio más que los de 1995; los
centros docentes superiores para adultos sumaron 772 con
4.560.000 matriculados; las entidades de postgraduados
totalizaron 738 con 393.000 estudiantes.
A la par de la corriente de desarrollo educativo internacional,
en 2001 China puso en práctica formalmente el sistema
de calificación de magisterio, en aras de elevar
la calidad conjunta de los maestros. Conforme a lo establecido
por este sistema, sólo los que obtienen la calidad
de magisterio según la ley y poseen el certificado
concerniente pueden dedicarse a trabajos docentes. En
la actualidad, en todo el país hay 221 escuelas
pedagógicas superiores con 1.099.700 matriculados
y 683 escuelas pedagógicas medias con 769.800 matriculados,
mientras que el número de maestros sobrepasa los
10 millones.
Al entrar en el siglo XXI, el Gobierno chino presta mayor
atención a la causa educativa considerándola
como una de las prioridades del desarrollo económico
y social de su país. Según los planes del
Ministerio de Educación, antes de 2010 la educación
superior alcanzará la meta de la popularización,
es decir, la tasa de admisión entre la población
en edad adecuada (18-22 años) llegará al
15%, en contraste con el 9% en la actualidad.
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