Un soldado estadounidense y un policía iraquí perdieron la vida en dos ataques separados el lunes. Por otro lado, el número de contratistas de Corea del Sur que van dejando el país aumenta y Bangladesh ha cerrado su embajada.

El general de brigada Mark Kimmit, portavoz de ejército estadounidense en Irak, dijo que el soldado murió en un tiroteo en la ciudad de Mosul, en la que últimamente los ataques contra las tropas estadounidenses han aumentado.

“Cuatro iraquíes dispararon y lo mataron”, dijo Kimmit en una conferencia de prensa.

Esta muerte eleva a 308 el número de soldados norteamericanos que han muerto desde que las fuerzas encabezadas por EEUU invadieron Irak en marzo para derrocar a Saddam Hussein. Un total de 193 han muerto desde que el presidente Bush declaró el 1 de mayo que los combates de gran envergadura habían acabado.

El lunes, en otro ataque en Mosul, una bomba colocada al lado de la carretera provocó heridas a tres soldados estadounidenses. El domingo, otra bomba de características similares, también en Mosul, mató a un soldado estadounidense e hirió a dos más. En Baquba, al norte de Bagdad, un policía iraquí y un experto en desactivación de minas murieron al explotar una bomba que fue detonada por control remoto, dijo un comandante militar estadounidense en la ciudad.

(09/12/2003, CIIC)