El realismo constituye la corriente principal de la cinematografía china. En la nueva oleada de producción comenzada a mediados de la década del 80, surgió un buen número de cintas excelentes, tales como Mis recuerdos del viejo Beijing, La montaña salvaje, El poblado Furong, La ceremonia de proclamación de la República y La gran batalla decisiva. Estas películas alcanzaron cotas sin precedentes en lo que respecta al reflejo de la vida real en profundidad y amplitud, a la diversificación de temas, estilos y formas y a la exploración y renovación del lenguaje de la actuación. En ese período la emergencia de Zhang Yimou, Chen Kaige, Huang Jianxin y otros directores conocidos como de la “quinta generación” concitó la atención en los círculos cinematográficos internacionales.
En la etapa final de la década del 90, un grupo de jóvenes nacidos en los años 1960-70 se convirtieron en directores de cine de la sexta generación de China, incluidos Wang Xiaoshuai, Zhang Yuan y Lou Ye. Sus obras tienden a satisfacer los gustos del pueblo, y en su mayoría interpretan la vida tal como es. En el presente, el director Feng Xiaogang representa el taquillaje más elevado del cine comercial de China, y la mayoría de sus producciones narran historias de la gente común.
En China, entre los concursos internacionales de cine de celebración anual y de mayor influencia en el mundo destacan el Festival de Cine Internacional de Changchun y el Festival de Cine Internacional de Shanghai. El Premio Gallo de Oro es la presea de más alta categoría de China para películas excelentes. Por otro lado, el Estado ha creado el Premio Huabiao para favorecer la producción de las películas de la corriente principal, además del Premio Cien Flores en cuyo concurso los espectadores eligen las cintas de su mayor gusto.