China posee ricos recursos turísticos: sus bellos y variados paisajes, colorido y rico folklore, extrañas fauna y flora, así como peculiares óperas, música, danzas, y, por supuesto, una gastronomía de fama mundial; todo lo cual atrae cada año a numerosos turistas tanto chinos como extranjeros. Ahora ya tiene formado un mercado de turismo interior, el mayor del mundo, y de turismo exterior, que se desarrolla a gran velocidad.
El año 2002 testimonió un desarrollo acelerado del mercado chino de turismo, tanto del de entrada en su territorio, como del de salida al exterior y del turismo doméstico, con unos ingresos de 556.600 millones de yuanes, lo que supuso un aumento del 11,4 por ciento respecto al año anterior, 3,4 puntos porcentuales por encima del ritmo de incremento de la economía nacional en su conjunto. El turismo de entrada a su territorio creció de forma señalada, en contraste con la decadencia en el mercado mundial del turismo, continuando en su posición de primera fila entre los diversos países. En ese año 97.910.000 turistas llegaron del exterior, lo que significó un incremento del 10 por ciento en comparación con el año anterior; de ellos 13.440.000 extranjeros, con un aumento de 19,7 por ciento; el ingreso por este concepto fue de 20.400 millones de dólares americanos, con un crecimiento de 14,6 por ciento. El turismo de ciudadanos chinos hacia el exterior presentó un cuadro de prosperidad, pues salieron en viajes de turismo 16.600.000 chinos, un 36,8 por ciento más que en 2001. El turismo doméstico siguió fuerte y registró una subida de alrededor del 10 por ciento tanto en el número de turistas como en los ingresos obtenidos.
La Organización Mundial del Turismo calcula que para el año 2020, China se habrá convertido en el primer país de destino del turismo mundial y el cuarto en cuanto a la salida de turistas; la demanda turística crecerá a un ritmo anual de 8,5 por ciento en los próximos 10 años.