China estableció bolsas de valores en Shanghai y Shenzhen en 1990 y 1991, respectivamente. En los últimos diez años, este mercado ha crecido y puesto orden en las operaciones, recorriendo un trayecto que a otros países lograrlo les ha llevado más de cien años. Hoy día, el mercado de valores se ha convertido en un arca de Noé de 3.832.900 millones de yuanes, 1.224 empresas y 68.840.000 inversionistas.
Desde su fundación, el mercado de valores ha hecho contribuciones a promover la reforma de las empresas de propiedad estatal y a la exitosa transformación estructural de las mismas, permitiéndoles una transición estable de la vieja estructura a la nueva. Debido a que se basa en las normas del mercado, esta reforma resulta viable, impulsa el sistema accionarial entre las empresas medianas y pequeñas de propiedad estatal, y de esta manera se ha podido resolver el problema estructural, que obstaculizaba el proceso de transición de la economía planificada a la economía de mercado. Para la gente común y corriente, depositar dinero en el banco ha dejado de ser el único modo de administrar su dinero, y el mercado de valores ha llegado a ser un importante canal de inversión.
Los métodos de transacción accionarial se han perfeccionado continuamente. En la actualidad, se ha constituido el sistema de liquidación y transacciones por Internet, que con Shanghai y Shenzhen como cabeceras, cubre todo el país, y se han realizado la emisión y el negocio sin papel, con métodos técnicos de nivel avanzado mundial. Según estadísticas, en 2002 se emitieron 102 tipos de acciones A, 22 tipos complementarios, reuniendo 78.000 millones de yuanes, y 16 de acciones tipos B y H, recolectando
18.200 millones de yuanes.