China siempre ha otorgado especial importancia a la construcción de carreteras, como forma fundamental de acelerar el desarrollo infraestructural. Durante el tiempo que va de 1998 a 2001, las inversiones estatales en este terreno sobrepasaron los 200.000 millones de yuanes en los cuatro años consecutivos. En 2002, fueron de 300.000 millones de yuanes, construyéndose 67.000 kilómetros (5.700 de autopistas). A finales de 2002 se hallaban en servicio 1.765.200 kilómetros (25.100 de autopistas). El Estado ha acelerado su ritmo de construcción en las regiones centrales y occidentales, mejorando en gran medida sus condiciones de transporte. En los momentos presentes hay una media nacional de 18,4 kilómetros de carretera por cada cien kilómetros cuadrados de superficie.
A finales del año 2002, de los 35.000 kilómetros que representan las cinco carreteras norte-sur y las siete este-oeste, nacionales de primera categoría, se había concluido el 75 por ciento y el 20 por ciento se encontraba en obras. En el año 2008 todo el sistema nacional de vías troncales se habrá concluido. Para entonces más de 200 ciudades estarán unidas mediante una red de carreteras de primera categoría, principalmente autopistas; Beijing, Shanghai, Tianjin y Chongqing se habrán conectadas con las capitales de todas las provincias y regiones autónomas, así como con las demás grandes ciudades.