El 1º de octubre de 1949, más de 300.000 personas se aglomeraron en la plaza de Tian’anmen, en Beijing, para celebrar la majestuosa ceremonia de inauguración de la nueva república. En esta ceremonia, Mao Zedong, Presidente del Gobierno Popular Central, proclamó solemnemente la fundación de la República Popular China.
En los primeros años de la República Popular, el Gobierno chino llevó adelante con éxito la reforma agraria en las regiones donde habitaba el 90% de la población del país. Gracias a esta reforma, 300 millones de campesinos se hicieron dueños de aproximadamente 47 millones de hectáreas de tierras de cultivo. Durante el Primer Plan Quinquenal, que se llevó a cabo de 1953 a 1957, se lograron sorprendentes éxitos. La renta nacional aumentó a un promedio anual superior al 8,9%; se construyó una base industrial inexistente hasta entonces e imprescindible para la industrialización del país, incluyendo la fabricación de aviones y de automóviles, maquinaria pesada y de precisión, equipos de generación de energía eléctrica, siderurgia e instalaciones mineras, así como aleación de acero de alta calidad, fundición de metales no ferrosos, etc.
De 1957 a 1966 se desarrolló la construcción socialista en gran escala, el activo fijo industrial de todo el país aumentó tres veces sobre el precio original y la renta nacional se incrementó en un 58%, según precios cotejables; la fabricación de los principales productos industriales aumentó en varias e, incluso, decenas de veces; se efectuaron a nivel nacional construcciones infraestructurales y transformaciones tecnológicas de la agricultura. De mayo de 1966 a octubre de 1976 fue el decenio de la “Gran Revolución Cultural”, durante la cual el Estado y el pueblo chinos sufrieron los más serios contratiempos y pérdidas desde la fundación de la República Popular.
En octubre de 1976, quedó hecha añicos la camarilla contrarrevolucionaria de Jiang Qing, lo que marcó el término de la “Gran Revolución Cultural”, y China inició un nuevo capítulo en su historia. Deng Xiaoping, antes Secretario General del Comité Central del Partido Comunista de China, fue restablecido en todos sus cargos dentro y fuera del Partido. Bajo su dirección, China empezó en 1979 a aplicar la política de reforma y apertura y trasladó el punto clave del trabajo con rumbo a la modernización. Con la reforma de las estructuras económica y política, se definió de manera gradual un camino de desarrollo de la modernización socialista con peculiaridades chinas. Aplicada esta política, China ha experimentado profundos cambios en su fisonomía, su economía avanza a pasos acelerados y las condiciones de vida del pueblo mejoran como nunca. Este ha sido el período de mayor desarrollo desde la fundación de la República Popular.
En 1989, Jiang Zemin asumió el cargo de Secretario General del Comité Central del Partido Comunista de China y en 1993 el de Presidente de la República Popular China. Con él como núcleo, el cuerpo dirigente de la tercera generación del Partido Comunista de China continuó la política de reforma y apertura auspiciada por Deng Xiaoping. Ello permitió mantener una estabilidad en la situación política, un incesante desarrollo de la economía y una diplomacia cada vez más activa. En función de estos logros, se granjeó un amplio apoyo popular.
En la Primera Sesión Plenaria del XVI Comité Central del Partido Comunista de China, celebrada en noviembre de 2002, Hu Jintao fue elegido Secretario General del CC del PCCh y en la Primera Sesión de la X Asamblea Popular Nacional, celebrada en marzo de 2003, fue elegido Presidente de la República Popular China.