A Li Fanghua, afamada física de 71 años de edad y miembro de la Academia de Ciencias de China, con frecuencia se le hace difícil hacer que una persona común comprenda su materia, pero fácilmente se gana a las personas con sus elegantes modales, su humor, sincera modestia y sabiduría.
La científica, profesora principal del Instituto de Física de la academia, recibió en París, a finales del mes febrero, uno de los premios L’Oreal-UNESCO de este año. Otras cuatro científicas que trabajan en el campo de las ciencias materiales -de Egipto, Turquía, Argentina, y los Estados Unidos- también recibieron premios, otorgados como parte del programa ”Para las Mujeres en las Ciencias” establecido por la compañía de cosméticos y por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia, y la Cultura.
El tenaz trabajo de Li, especialista en microscopía electrónica, ha echado atrás los límites de la observación de las estructuras cristalinas mediante la eliminación de la interferencia. Es la primera científica china que recibe el premio L’Oreal-UNESCO.
El programa L’Oreal-UNESCO se estableció en 1998 para mejorar la posición de las mujeres en las ciencias mediante el reconocimiento a relevantes investigadoras de los cinco continentes que hayan contribuido al progreso científico. Cada ganadora recibe $100.000 USD, mientras que cada una de las jóvenes científicas que trabajan en proyectos ejemplares y prometedores recibe una beca de $20.000 USD.
Wei Yu, ex-viceministro de educación, dijo durante un seminario sobre mujeres chinas: “Con frecuencia, las carreras excepcionales de estas mujeres han abierto nuevas y revolucionarias formas de mejorar las condiciones de vida y el bienestar. Li Fanghua constituye un buen ejemplo para las mujeres chinas que trabajan en las ciencias. Merece muchísimo ese honor”.
Madre alentadora
Los logros de Li no se alcanzaron con facilidad. Pero la modesta científica dice que le debe mucho a gran cantidad de personas, pues contribuyeron a su éxito personal de las últimas décadas.
“Le debo mucho a mi madre, que me dijo que una mujer tiene que sobresalir en un campo del conocimiento dado y asegurar la independencia económica antes de que pueda ganarse un estatus social respetable”, recuerda Li.
Sus profesores de enseñanza media, incluyendo a Zhang Lirong, de la Escuela de Segunda Enseñanza Furen de Beijing, ayudó a Li a desarrollar su interés en la astronomía, la matemática, y la física. Sus profesores universitarios y las generaciones más viejas de científicos en el Instituto de Física, incluyendo a Lu Xueshan, la ayudaron a echar sólidos cimientos para su trabajo futuro en la investigación científica. Los miembros de su equipo en el instituto la han ayudado a hacer realidad sus nuevas ideas y teorías, dice Li.
Nacida en enero de 1932 en Hong Kong, Li pasó su niñez en Hong Kong, Beijing, y Guangzhou. Estudió en la Universidad de Lingnan y en la Universidad Zhongshan en Guangzhou, en la provincia de Guangdong, al sur de China, y en la Universidad Wuhan en la provincia central de Hubei en los años 40. En 1956, estudió en la Universidad de Leningrado en la antigua Unión Soviética. Ese mismo año, Li solicitó practicar como interna en el Instituto de Física de la Academia de Ciencias de China, donde ha pasado la mayor parte de su vida, y donde fue elegida como académica en 1993.
El trabajo de Li se vio interrumpido durante la “revolución cultural” (1966-1976). Sobre el particular, ha dicho: “No dejé de pensar en mi trabajo de investigación, incluso en esa época”.
Afortunadamente, con la ayuda de sus colegas, tuvo acceso a la biblioteca del instituto en 1973, lo cual hizo posible que Li y su esposo Fan Haifu pudieran seguir de cerca los avances de la microscopía electrónica.
Li dijo que “ganar el premio de la UNESCO constituye sólo una fracción de tiempo comparada con la larga búsqueda en la cual mis colegas y yo hemos estado enfrascados durante años”.
A los ojos de muchos, una científica tiene que trabajar largas horas en un laboratorio y hacer sacrificios enormes en su vida personal, y puede pasar inadvertida para el público gran cantidad de tiempo.
Al preguntársele por qué escogió ser científica, Li respondió: “principalmente debido a una gran sed de conocimiento, no llevada por el deseo de ser famosa o recibir honores. Tal como muchas personas jóvenes sienten placer en adorar a las estrellas del pop, yo siento placer al hacer este aparentemente aburrido trabajo de investigación científica y hallar la verdad acerca del mundo”.
Consejo a las Sucesoras
A aquellas jóvenes que desean ser científicas, Li aconseja: “mantengan la atención en la materia por la que sienten verdadero interés y atracción, y no se den por vencidas fácilmente. Recuerden, cada cual tiene iguales oportunidades de tener éxito en el camino hacia el descubrimiento científico, de modo que tienen que poner todo su empeño. Mantengan siempre la mente abierta y aprendan del que más sepa en el campo en el cual están interesadas. Y lo que es más importante aún, tienen que pasar más tiempo que los demás en el trabajo. Por ejemplo, tienen que sacrificar algunos de sus disfrutes personales, tales como hacer compras durante horas, o sentarse demasiado tiempo delante del espejo para mejorar su maquillaje o su peinado”.
Li apuntó que a menudo piensa en su trabajo de laboratorio sin terminar cuando está en la cocina o comprando alimentos en un supermercado. “Soy una incurable pero feliz alcohólica del trabajo”, dijo en broma.
En realidad, Li tiene una amplia gama de hobbies, tales como cocinar, cantar, diseñar ropa, y practicar Taiji, según dicen sus colegas.
Al hablar de las condiciones de trabajo para los científicos en China, especialmente para las mujeres, Li recordó que las cosas fueron difíciles a principios de los años 80 cuando ella y dos de sus tres hijos tenían que compartir una mesa estrecha para estudiar, mientras su esposo utilizaba el único pequeño escritorio que había en su casa.
Antes de esa fecha, en los años 60, Li y sus colegas tuvieron que hacer trabajos manuales pesados además de su trabajo en el laboratorio, debido a falta de mano de obra. “Las condiciones para la investigación científica han mejorado grandemente en las últimas dos décadas”, señaló.
Mujeres en las Ciencias
Sin embargo, el número de científicas en China y en el mundo ha disminuido drásticamente, lo cual ha causado amplia preocupación.
Li apuntó: “las tradicionales suposiciones acerca de los papeles de los sexos masculino y femenino han servido de obstáculo para que las científicas escalen a posiciones superiores en las organizaciones de investigación científica, haciendo de este modo más difícil para ellas el utilizar a cabalidad su talento, que no es inferior al de los hombres en este campo.
Recientes investigaciones sobre la mujer china en las ciencias –llevadas a cabo hace apenas unos meses por la Asociación de Mujeres Chinas que Trabajan en las Ciencias y citada por L’Oreal- muestran que, a finales de los años 70, más de una de cada tres estudiantes de física en dos de las principales universidades de China era mujer. La cifra había descendido vertiginosamente a menos de una de cada 10 para finales de los 90, cifra muchísimo menor que la de Occidente. Este fenómeno también se cumple en muchos otros campos de la investigación científica básica, y muchas personas creen que es señal de un renovado cambio hacia el dominio masculino en las ciencias.
La encuesta señala que, durante los últimos años de la década del 70, las mujeres representaban un promedio del 42 por ciento de los no graduados de la especialidad de física en la Universidad de Pekín, y el 37% en la Universidad de Nanjing. Sin embargo, a finales de los 90, la cifra era de apenas un 9% en la Universidad de Beijing y de un 8% en la Universidad de Nanjing.
En contraste, el porcentaje de mujeres en la especialidad de física en los Estados Unidos se mantuvo a solo un 9% en 1978, pero ha subido constantemente hasta alcanzar el 21% en 1999.
Li apuntó: “Puede que pase mucho tiempo antes de que desaparezcan todos los obstáculos visibles y los no visibles en el camino hacia el éxito de las científicas”. Y añadió: “en las actuales circunstancias, las científicas chinas deben aprender a distribuir su tiempo y su energía con mayor eficiencia, con el fin de equilibrar su papel en la sociedad como esposas, madres, hijas, e investigadoras certificas”.