Los repetidos vertidos de desechos en el río Amarillo, uno de los ríos más grandes del país, ha puesto de manifiesto el coste de la inacción de los responsables gubernamentales en cuanto a temas medioambientales atañe.
En menos de un mes, el río Amarillo se ha convertido en diana de dos graves accidentes ecológicos a su paso por Lanzhou, capital de Gansu, provincia del noroeste de China.
El primer accidente ocurrió el 22 de abril (Día Mundial de la Tierra) cuando una fuga de petróleo de una fábrica de máquinas herramientas contaminó gravemente el río. Días más tarde, el 18 de mayo concretamente, una petroquímica de Lanzhou vertió una gran cantidad de desechos de petróleo a causa del mal funcionamiento de las instalaciones de depuración de aguas residuales de la compañía.
En ambos casos, el gobierno impuso una multa de 100.000 yuanes (12.000 dólares) a las empresas responsables.
El río Amarillo no sólo es "la madre" de la nación china sino también la fuente de vida de las vastas regiones del norte. Su vulnerabilidad al deterioro ecológico se ha puesto de manifiesto recientemente al sufrir la peor escasez de agua en los últimos 50 años.
El primer caso de contaminación en Lanzhou ocurrió porque se descuidaron las regulaciones sobre protección medioambiental. El segundo evidenció la falta de conciencia ecológica tanto de las empresas locales como de los funcionarios del gobierno.
Aunque estos funcionarios hablan y hablan sobre la protección medioambiental, la frecuencia en que se han dado los accidentes ecológicos en Lanzhou muestra que no han sabido gestionar la situación.
El río Amarillo ha sido contaminado una y otra vez por los desechos de las fábricas locales y el creciente número de desastres ecológicos en los últimos años demuestra que los costes del desarrollo incontrolado son muy altos.
Ha llegado el momento que los funcionarios locales dejen de dar soluciones a corto plazo a los problemas de fondo. Como no se tomen los temas medioambientales seriamente, las empresas locales no se creerán sus palabras.
(29/05/2003, CIIC)