En 1616, Nurhachi (Tai Zu de Qing) fundó el Estado de Jin Posterior tras largos años de expedición. En 1636, su hijo, Abahai, cambió el nombre de Jin Posterior por Qing. En 1644, las tropas de Qing entraron por el Paso Shanhaiguan y eliminaron a Ming. Desde entonces, la dinastía Qing gobernó China durante 268 años y sus diez emperadores sucesivos fueron Shun Zhi, Kang Xi, Yong Zheng, Qian Long, Jia Qing, Dao Guang, Xian Feng, Tong Zhi, Guang Xu y Xuan Tong.
En la primera mitad de Qing, la sociedad china estuvo estable y su economía se desarrolló y el país alcanzó prosperidad, sobre todo, durante los reinados de Kang Xi, Yong Zheng y Qian Long. No obstante, desde los Emperadores Jia Qing y Dao Guang, el gobierno se tornó cada vez corrupto en lo político, las contradicciones sociales empezaron a agudizarse y el país fue decayendo en fuerza. Desde los años 1830, los colonialistas occidentales comenzaron a exportar opio en grandes cantidades a China. En 1839 el Gobierno de Qing envió a Lin Zexu a Guangdong para prohibir el opio. En 1840, para proteger sus intereses creados por el opio, los colonialistas británicos desencadenaron la Guerra del Opio y obligaron al Gobierno de Qing a firmar el desigual Tratado de Nanjing, de ahí que China se redujera poco a poco a una sociedad semicolonial. Por la derrota en la Guerra del Opio, la pérdida de territorios y las indemnizaciones se agravó la carga sobre el pueblo. Finalmente, en 1851, estalló el Movimiento del Reino Celestial Taiping, el cual asestó duros golpes al Imperio Qing. En 1864, la Corte Qing, en confabulación con los agresores extranjeros, aplastó la revolución del Reino Celestial. Zeng Guofan, Zuo Zongtang, Li Hongzhang y Yi Xin se cogieron de mano para emprender el Movimiento de Occidentalización en China, el cual, aunque tenía por propósito político establecer una industria militar para reprimir la resistencia del pueblo, en lo objetivo fue un preludio al proceso de la época moderna de China. Conforme llegaba la cultura de Occidente y sus influencias, entre los intelectuales chinos surgió una fracción de reformistas burgueses, la cual evolucionó hasta convertirse en el Movimiento de Reforma de 1898 encabezado por Kang Youwei y Liang Qichao. La Emperatriz Viuda Ci Xi, tras aplastar este movimiento, aplastó también el Movimiento Yihetuan (conocido en Occidente como el de los Boxeadores) de 1900. Pasado un año, se produjo la Revolución de 1911 dirigida por el Dr. Sun Yat-sen, la cual derrocó la dominación de la Corte Qing.
Durante esta dinastía emergieron muchos pensadores y eruditos, de los cuales descollaron Huang Zongxi, Gu Yanwu, Wang Fuzhi, Wei Yuan, Gong Zizhen, Kang Youwei, Yan Fu, Tan Citong, Liang Qichao, Zhang Binglin y Cai Yuanpei. En este período vieron la luz novelas excelentes como los Cuentos extraños de tertulia, la Historia extraoficial de los letrados y el Sueño de las mansiones rojas, óperas sobresalientes como el Salón de la Larga Vida y el Abanico de flor de durazno, así como muchos ensayos, poemas y pinturas de alto nivel.
Durante el Movimiento de Occidentalización fueron traducidas al chino numerosas obras de ciencias naturales, las cuales ayudaron a que surgiera un grupo de científicos y técnicos como los matemáticos Li Shanlan y Hua Hengfang, el químico Xu Tao y el ingeniero Zhan Tianyou.
Qing fue la última dinastía feudal de nuestro país. Su mayor contribución consiste en mantener unificada a China, consolidar y fortalecer la unidad de nuestro país multiétnico y dar por sentado en definitiva el territorio chino.
Aunque la Revolución de 1911 puso fin al régimen feudal que había perdurado más de dos mil años, no consiguió resolver de raíz las contradicciones sociales en China.