La visita del Presidente norteamericano George W. Bush a China será "otro hito importante" en la creación de una relación cooperativa y constructiva entre los Estados Unidos y China, dijo en vísperas de la visita el embajador estadounidense acreditado en China, Clark T. Randt.
La visita de Bush a China tendrá lugar exactamente 30 años después de la visita histórica para "romper el hielo" del ex Presidente Richard Nixon.
"Estamos muy contentos de que el Presidente pueda programar su visita en un día tan significativo", señaló Randt, quien agregó que también es importante destacar que es la primera vez que un Presidente estadounidense pisa tierras chinas en dos ocasiones dentro de cuatro meses, lo que indica claramente la importancia que el Presidente Bush ha prestado a las relaciones bilaterales.
Sin duda alguna, el Presidente Bush centrará la visita en su reunión con el Presidente Jiang Zemin en Shanghai, agregó Randt, quien indicó que Bush, que visitó China en 1975 y el año pasado, desea ver personalmente los cambios que se han producido en el país.
"Como sabe, 'bai wen bu ru yi jian' (ver es creer)", apostilló Randt en chino.
Sobre las actuales relaciones EE.UU.-China, Randt comentó que "a partir de la visita, serán mucho mejores".
"Hemos pasado los últimos 30 años conociéndonos el uno al otro. Sé que el Presidente Bush considera que mantener unas estables relaciones es importante", indicó.
Randt, quien asumió el puesto de embajador en China en julio del año pasado, señaló que las dos grandes naciones "han superpuesto los intereses" en áreas como la seguridad y la prosperidad del pueblo, con el fin de lograr la paz y la estabilidad de la región y de todo el mundo.
Además, opinó que China es demasiado grande para ignorar asuntos como la energía, el medio ambiente o el VIH/SIDA.
Randt destacó que unas constructivas relaciones entre EE.UU. y China son importantes en el tratamiento de los más importantes asuntos regionales y globales, y los dos países deben continuar mejorando el trabajo conjunto para promover la meta que ambos tienen, la preservación de la paz y la prosperidad global.
Señaló en particular que, después de los ataques terroristas del 11 de septiembre, la lucha contra el terrorismo se ha convertido en un ejemplo de cómo las dos naciones pueden trabajar juntas.
Tanto China como los Estados Unidos sufren la violencia terrorista y se enfrentan a la amenaza del terrorismo internacional, indicó Randt, quien agregó que desde el 11 de septiembre las comunicaciones directas y frecuentes entre los dirigentes de los dos países han sido un elemento central de su cooperación.
La proliferación de armas de destrucción masiva es un área en la que las dos naciones pueden trabajar juntas, señaló.
Agregó que, desde el 11 de septiembre, los dos países han visto que detener la proliferación de armas de destrucción masiva es más importante que nunca, y es evidente que los terroristas están haciendo esfuerzos por obtener tales armas.
Expresó la esperanza de que la visita del Presidente Bush a China ofrezca una oportunidad para fortalecer la cooperación en el tratamiento de esta amenaza para la seguridad global y regional.
Respecto a la cooperación comercial y económica después del acceso de este país a la Organización Mundial de Comercio (OMC), Randt dijo que una China estable y próspera es buena tanto para él mismo como para los Estados Unidos, y unirse a la OMC fue una decisión correcta de la nación.
Randt admitió que todavía existen diferencias entre las dos naciones. Ante esta situación, tanto el Presidente Bush como él mismo insisten en que las dos partes deben limar estas diferencias de manera justa y constructiva y conversar con franqueza sobre ellas para construir la confianza mutua. El diplomático opinó que el respeto mutuo es importante para la solución de las divergencias existentes.
El aumento de las comunicaciones entre líderes de ambos países ayuda a mejorar el entendimiento y evitar la aparición de problemas originados por malentendidos, indicó el embajador, quien añadió que las dos visitas del Presidente Bush, las conversaciones telefónicas entre los líderes de ambos países y otros intercambios y consultas de alto nivel han desempeñado un papel importante para fortalecer la comprensión recíproca.
Como los dirigentes de los dos países han alcanzado una mejor comprensión, pueden discutir sus diferencias de manera franca y clara, dijo Randt. Gracias al incremento de las comunicaciones de alto nivel y la mejora del entendimiento mutuo, se vislumbra una relación bilateral más positiva y constructiva.