La topografía y la orografía de China son el resultado de la elevación de la meseta Qinghai-Tíbet, el accidente geológico más importante en la historia del planeta en los últimos millones de años. A vista de pájaro, el territorio chino desciende gradualmente, como una escalera, de oeste a este. A consecuencia del choque entre los bloques Indico y Euroasiático, la joven meseta Qinghai-Tíbet se ha venido combando de manera constante, hasta alcanzar una altura media superior a los 4.000 metros sobre el nivel del mar. Se le conoce como el “Techo del Mundo” y constituye la primera grada topográfica de China. El Qomolangma, principal pico de la Cordillera del Himalaya ubicado en esta meseta, con sus 8.848 metros sobre el nivel del mar, es el más alto del planeta. La segunda grada, con alturas entre 1.000 y 2.000 metros sobre el nivel del mar, está compuesta por la altiplanicie de Mongolia Interior, la meseta de los Loess y la meseta de Yunnan-Guizhou, junto con las depresiones de Tarim, de Junggar y de Sichuan. Tras las montañas Hinggan Mayor, Taihang, Wushan y Xuefeng, en el borde oriental de la segunda grada, los terrenos descienden hacia la costa oriental y se encuentran a una altura que oscila entre los 500 y los 1.000 metros sobre el nivel del mar. La tercera grada la conforman llanuras y colinas, entre ellas destacan, de norte a sur, las llanuras del Nordeste, del Norte de China y de los Cursos Medio e Inferior del Changjiang. Estas llanuras están rodeadas por alturas de poca elevación. Al este de la tercera grada viene la cuarta, una zona de mares cuya profundidad no alcanza los 200 metros de profundidad, y que constituyen la prolongación submarina del territorio continental de China.
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