En China, se utiliza el capital del exterior de diferentes formas y a través de distintos canales, que se agrupan en las siguientes tres grandes categorías: primero, los empréstitos, incluidos los préstamos gubernamentales, los de instituciones financieras y bancos comerciales internacionales, los créditos para la exportación, así como los bonos emitidos en el exterior; segundo, las inversiones directas, que comprenden proyectos de inversión mixta, empresas de cooperación, empresas de capital exclusivamente extranjero y desarrollo de proyectos mediante cooperación conjunta; y tercero, otras inversiones foráneas, que abarcan el arrendamiento internacional, comercio compensatorio, elaboración y montaje y emisión de valores en el exterior. De 1979 a 2004, China utilizó un total de 743.600 millones de dólares del exterior, de los cuales 560.400 millones provinieron de la inversión directa. En 2004, las inversiones extranjeras en China mantuvieron la tendencia al rápido aumento y alcanzaron los 64.100 millones de dólares esta-dounidenses, de los cuales 60.600 millones correspondieron a la inversión directa.
Desde principios de la década de los 80 del siglo XX, China asigna recursos humanos, materiales y financieros a la construcción de una gran serie de obras de infraestructura, con lo que ha creado buenas condiciones para los inversores del exterior. Al mismo tiempo, la Asamblea Popular Nacional y el gobierno de China han promulgado más de 500 leyes y normas de carácter económico relacionadas con el exterior, mediante las cuales se proporciona una base y garantías jurídicas a la inversión foránea. A finales de 1997, China reformó y publicó el Catálogo-Guía de las Actividades Industriales para los Inversores Extranjeros, estimulando con ello la inversión, entre otros, en los campos del desarrollo integral de la agricultura, de la energía, del transporte, de las materias primas y materiales importantes, de las nuevas tecnologías punta, de la utilización integral de los recursos y de la protección del medio ambiente. De acuerdo con las normas de la OMC y los compromisos contraídos con el exterior, China ha cumplido en lo fundamental la tarea de ordenamiento y revisión de las leyes y normativas relativas al exterior; ha logrado establecer una base jurídica que tiene como cuerpo principal tres leyes fundamentales: la Ley de Empresas de Inversión Conjunta Chino-Extranjera, la Ley de Empresas de Gestión y Cooperación Mixta Chino-Extranjera y la Ley de Empresas de Capital Extranjero; así como las correspondientes normas detalladas de aplicación de las mismas. Hasta finales de 2004, hombres de negocios de más de 170 países y regiones del mundo habían invertido en China estableciendo más de 509.000 empresas. Asimismo, grandes grupos financieros internacionales y cor-poraciones transnacionales ven con buenos ojos el mercado chino, y más de 400 de las 500 grandes transnacionales del mundo han invertido en China, calificada por los inversores y por los círculos financieros internacionales como uno de los países con mejores perspectivas para la inversión.