En el año 221 antes de nuestra era, al acabar con las largas guerras entre los reinos separados, Qin Shi Huang culminó la gran causa de la unificación de China y estableció el primer Estado unificado y multiétnico de poder centralizado en la historia china, la dinastía Qin (221-206 a.n.e.).
Después de Qin, Liu Bang (Emperador Gao Zu) y Liu Xiu (Emperador Guang Wu) fundaron la dinastía Han del Oeste (206 a.n.e.-25 de nuestra era) y la dinastía Han del Este (25-220 n.e.), respectivamente, y llamadas ambas como Han.
Durante el Período de Qin y Han se estableció y perfeccionó el sistema de poder centralizado autocrático feudal y se adoptó una serie de medidas favorables a la unidad del país tales como la institución del sistema de prefecturas y distritos. Estas prácticas siempre fueron copiadas por la autocracia de los emperadores posteriores. En este período, la sociedad y la economía cobraron un gran desarrollo y la dinastía Han del Oeste gozó de prosperidad durante los reinados de los Emperadores Wen Di y Jing Di. Desde el Emperador Wu Di, China abrió la Ruta de la Seda, de fama mundial, en el proceso de intercambio con Xiyu (hoy Xinjiang, China) y los países vecinos de Asia Central. El Período de Qin y Han fue también una época de alto desarrollo de China en los campos de la literatura, el arte, la ciencia y la tecnología. Los Registros históricos de Sima Qian, el sismógrafo al viento inventado por Zhang Heng, los Nueve capítulos del arte matemático y el Canon de medicina interna del Emperador Amarillo tuvieron grandes influencias en la posteridad. Y la fabricación de papel inventada por Cai Lun es reconocida como uno de los cuatro grandes inventos de China. En esta etapa histórica se originó el taoísmo en China y llegó el budismo a este país.