Los chinos encuentran ahora difícil adaptar las complicadas prácticas de esta fiesta tradicional al rápido ritmo de la vida moderna y, al mismo tiempo, están ansiosos por su preservación. Como se está acercando la Fiesta de la Primavera, que es la más solemne, animada y clásica de este país y que comienza por el Día de Año Nuevo lunar (esta vez el 9 de febrero), los chinos, adeptos a la tradición y también abrazados a los nuevos conceptos, se enfrentan con el dilema de continuar o reformar las usanzas legadas de sus antepasados.
“Ésta es una fiesta tradicional de nuestro pueblo, uno debería pasarla al estilo viejo y así saborear el gusto del Año Nuevo lunar. Es parte de la cultura milenaria de la nación”, dice Wang, empleado de un departamento cultural.
Pero la Srta. Yang, de profesión liberal, opina diferente: “Las usanzas de la Fiesta de la Primavera son demasiado complicadas y están descasadas de los tiempos. Por ejemplo, el no hacerse cortar el pelo en el primer mes lunar es irracional”.
Una encuesta realizada con más de 600 residentes de Beijing, Shanghai y Guangdong muestra que aunque el 81,2% dice que las usanzas de la Fiesta de la Primera “son más que complicadas y no están adecuadas a la vida moderna” y que algunas son “anacrónicas”, el 71% afirma que es necesario pasarla con ciertas prácticas tradicionales y cerca de la mitad admite que les encantaría disfrutarla al estilo viejo si las condiciones permiten.
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De acuerdo con la tradición, el Año Nuevo lunar implica una serie de cosas, entre ellas depositar ofrendas ante el Dios de la Cocina, asear la casa, pegar dísticos de primavera en la puerta, tener la cena familiar en la víspera, esperar la llegada del Año Nuevo lunar en vela, hacer una ceremonia con sacrificios para los antepasados, etc. Anteriormente, todas estas cosas eran indispensables. Pero con el tiempo, algunas prácticas han cambiado a medida que cambia el viejo modo de vivir mientras persistente las otras. “Para pasar la noche vieja los chinos consideramos importante hacer cuatro cosas: la reunión familiar, las celebraciones, la armonía y la paz”, dice Feng Jicai, Vicepresidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Literatura y Arte, quien añade: “En la noche vieja tienen expresión concentrada el deseo y el ideal de la gente de cómo vivir”.
Por costumbre los chinos se reúnen en casa la noche antes del Año Nuevo lunar para tener la cena de reunión familiar. Por esta razón, millones de campesinos que trabajan en las ciudades se apresuran en regresar a sus pueblos en vísperas de la Fiesta de la Primavera. Los chinos cuidan mucho de la atmósfera festiva del Año Nuevo lunar. Por ejemplo, dicen “paz a cada año (onomatopeya de ‘quebrar’)” cuando se rompe una cosa, ponen manzanas (onomatopeya de ‘paz’ también) en la mesa, sonríen unos a otros cuando se saludan, prenden petardos y fuegos artificiales en señal de alegría, y nadie debe llorar ni pelear.
Costumbres como éstas son muchas y han sido heredadas. Entre los encuestados, cerca de 80% aprueban hacer el acto homenaje al Dios de la Cocina y asear la casa; el 80% aprueban pegar dísticos de primavera, láminas de Año Nuevo o el carácter “fortuna” en la puerta y la ventana; el 87% eligen pasar la fiestas en el hogar; y más de 50% dicen que irán a las ferias de linternas y las de templo. Interesa saber que algunas usanzas, aunque “obsoletas”, se han mantenido. Por ejemplo, el 62% de las mujeres dicen que visitarán a sus padres con sus esposos e hijos en la fiesta y el 53% de los hombres dicen que no se harán cortar el pelo en el primer mes lunar.
Feng Jicai comenta: “El apego al Año Nuevo lunar es un sentimiento nacional intangible, el cual es una fuerza verdadera e intrínseca”.
Sin embargo, las usanzas del Año Nuevo lunar, formadas en la era de la agricultura, han tenido cambios en la de la información. A despecho de la oposición de algunos folcloristas, las llamadas telefónicas y los mensajes electrónicos se han convertido en el principal modo de saludo durante la Fiesta de la Primavera conforme se popularizan las telecomunicaciones y se ensancha el espacio geográfico de la actividad humana. En comparación, la gente prefiere saludar llamando por teléfono o enviando mensajes por celular o computadora a presentarse en casa de parientes o amigos. Y las ceremonias con ofrendas y pernoctarse esperando el Día de Año Nuevo lunar se van marginando de la Fiesta de la Primavera.
“Muchas veces el sentimiento nacional se traduce en el folclore. Hay que hacer a los jóvenes conocer más del folclore de la Fiestas de la Primavera, comprender su significado y experimentarlo en persona”, opina Feng, quien agrega que la carencia del sabor del Año Nuevo lunar “no se debe a la falta de apego sino a la de formas portadoras”. Feng critica la prohibición de prender petardos en las ciudades grandes, diciendo que “no es una simple diversión, es una celebración universal que hace ver el espíritu nacional”.
A objeto de permitir a más personas conocer el folclore de la Fiesta de la Primavera y disfrutar las celebraciones, muchas localidades han reanudado las representaciones folclóricas. Los Espectáculos de la Fiesta de la Primavera 2004 de Shanghai contaron por invitación con muchos grupos artísticos llegados de las ciudades de Beijing y Tianjin y de Shaanxi y otras cuatro provincias, de estilos diferentes. A su vez, la Feria Cultural del Templo de la Tierra de Beijing, de realización anual, hace hincapié en el tema de “lo étnico, lo popular y el folclore”.
El antiguo poblado Yangliuqing, Tianjin, ha lanzado el programa de turismo cultural “Encanto Folclórico de Mil Años”, de gusto denso del Año Nuevo lunar. Los organizadores esperan llevar adelante los atractivos de este poblado milenario y revivir el recuerdo del público de las láminas de Año Nuevo, el recorte de papel y la danza yangge, que son el folclore de Yangliuqing que se está alejando.
“El Día de Año Nuevo lunar, que es la fiesta tradicional más importante, abarca muchos contenidos espirituales. Sus prácticas deberían continuar a través de cambios racionales, y la gente actual debería redescubrir, proteger y magnificar con esfuerzo la cultura de la nación china”, concluye Feng.
(05/02/2005,CIIC)