Restaurante Xinhongzi
Se encuentra en el número 66 de la calle Dongsi Jiutiao de Beijing. Si se caminan unos 150 metros hacia el este por esta arteria urbana, salta de inmediato a la vista un complejo de construcciones con tejas de un gris acentuado y puertas pintadas de bermellón. El local no tiene ninguna señal especial, excepto el vetusto automóvil de la marca Hongqi (Bandera roja), estacionado justo a la entrada del Xinhongzi (Nuevo capitalista rojo). Apenas se penetra en su interior, el visitante accede a un patio cuadrangular con varias habitaciones. Se trata de un espacio reducido, pero rebosante de un exquisito y misterioso ambiente. Las habitaciones laterales sirven de bar, amuebladas todas con sofás en el más rancio estilo de la era soviética, mismos que alguna vez acomodaron las fisonomías de altos funcionarios en Zhongnanhai (sede del gobierno central), y que hoy exhiben aquí sus tapicerías desgastadas a guisa de viejas medallas. La habitación del norte se desdobla en principal salón del restaurante. Sobre la pared que da a la puerta cuelga una inscripción con los siguientes caracteres en chino: “Nuevo capitalista rojo”.
El sitio descuella entre sus competidores por disponer de cocineros exclusivos que en el pasado sirvieron a las familias de las antiguas personalidades políticas de Zhongnanhai. No en balde, el menú está constituido de exquisiteces tales como las tirillas de anguila china con pimiento rojo, otrora platillo predilecto de la familia de Deng Xiaoping; o los brotes agri-picantes salteados de soja que hacían las delicias de la familia de Yang Shangkun; o la ternera sofrita de la familia de Liu Shaoqi, entre otros.
Restaurante Siheyuan
Desde su ubicación se pueden contemplar las campanillas colgadas en las atalayas del Palacio Imperial. Quizás sea el Siheyuan (patio cuadrangular con habitaciones), el restaurante beijinés por excelencia donde los comensales tienen el raro privilegio de degustar exquisitas recetas mientras experimentan de primera mano la antigua civilización de este milenario país.
El Siheyuan se encuentra en la calle Donghuamen, número 95, 50 metros al este de la Ciudad Prohibida. En el primer piso cuenta con un salón primitivo y sencillo, donde el fuerte es la comida occidental. A la izquierda de la entrada, hay un asiento doble que resulta favorito de la clientela, pues desde allí, al caer la noche, se percibe una pintoresca vista antigua de Donghuamen desde la Ciudad Prohibida. El segundo piso es un bar pequeño dotado de apenas seis o siete sillas. Por la ventanilla se pueden ver las campanillas que adornan las torres esquinadas del Palacio Imperial. El visitante tiene la posibilidad de sentarse y desatar el vuelo de su imaginación, retrotrayéndose a tiempos idos. El sótano de unos 30 metros cuadrados se destina a sala de exhibición, que bajo el nombre de “Jerusalén” acoge obras artísticas de estilo singular y difícil comprensión para los no iniciados en el intríngulis creativo.
Restaurante Zitenglu
Apenas nos acomodamos en una de las sillas de estilo antiguo que han sido traídas desde todos los rincones del país a este restaurante, una joven y solícita camarera, vestida a la usanza campesina, despliega ante nuestro ojos un menú en forma de abanico, donde se alistan diversos platos fritos, bien cocidos y cortados en pequeñas porciones. Para el que no deseé comer, se ofrece la también agradable opción de beber una jarra de té Biluochun, o de vino de arroz de Shaoxing, calentado con ciruelas y ralladuras de jengibre, mientras se conversa en una atmósfera de intimidad con los amigos, rodeados de antiguos biombos.
No es difícil acceder al famoso restaurante Zitenglu (casa de la glicina). Basta con encaminarse hacia el oeste desde Donghuamen hasta Xihuamen y cruzar la plaza Wumen del Palacio Imperial. Allí es posible distinguir el gallardete rojo que flamea bajo la luz, con un gran carácter chino que significa “té”.
Bar del puente Yinding de Houhai
Justo frente a la arboleda que rodea el lago Houhai y el parque Shichahai hay una hilera de ventanas de madera. Un poco más allá quedan la antigua mansión del marqués de Gongwang y la Universidad de Furen.
Tales referencias nos indican que hemos llegado al bar del puente Yinding de Houhai, construcción de madera de estilo clásico, sin señal gráfica alguna que delate su nombre. El patrón, de apellido Bai, es un hombre de recia personalidad. Cuando se bebe vino en este lugar, uno se siente embargado por el inexplicable sentimiento de que en otra vida ha sido un noble repentinamente venido a menos. Algo más, si el visitante no resulta del agrado del dueño, o ha llegado sin previa reservación, es probable que no le franqueen la entrada al bar, incluso si hay sitios desocupados.
El número once del callejón de Yangfang
Este pequeño restaurante, situado en un patio cuadrangular con habitaciones, suele preparar diariamente una sola mesa de platos de la familia Li, constituida por los manjares preferidos de Li Shunqing, quien fungiera como Ministro del Interior en la época de la Emperatriz Viuda. Esta vieja costumbre ha sido conservada por varias generaciones. El restaurante sólo tiene espacio para unas diez personas y cobra cerca de doscientos yuanes por comensal. En fecha reciente añadieron una habitación lateral donde incluyeron dos mesas, pero sólo hay aforo para un máximo de veinte personas.
Según las fotos que se exhiben en el sitio, casi todos los embajadores extranjeros en China han venido a comer aquí acompañados por sus esposas.
Para ir a este restaurante se pasa primero por la mansión del marqués de Gongwang, cuya memoria ejerce un especial atractivo sobre los visitantes extranjeros, para luego recorrer la calle Liuyin en Houhai hacia el norte hasta final de la calle. Llegado ese punto, estaremos en el callejón de Yangfang. La puerta del patio no tiene ningún letrero, sólo una línea de letras rojas informales y difíciles de identificar en uno de los flancos de la puerta. Es el número once del callejón Yangfang.
Allí se puede probar la “comida de la familia Li”, la más famosa en Beijing. Por supuesto, si no ha reservado asientos, es mejor que lo deje para la próxima vez.