En fecha reciente y valiéndose de Internet, el Templo Shaolin ha comenzado a publicar algunos de sus hasta ahora bien guardados sistemas para la práctica del kung-fu, incluyendo el Yijinjing (mutación de músculos), los 36 puntos vitales, el dedo de diamante, el kung-fu del sapo, y una serie de recetas medicinales secretas.
A propósito, Shi Yongxin, maestro superior del templo, dijo a la prensa en Beijing: “La revelación planificada de una parte de nuestro patrimonio al mundo tiene por objetivo dar a conocer el auténtico kung-fu de Shaolin, en momentos en que pululan en China y el extranjero numerosos libros y casas de artes marciales que ostentan el nombre de Shaolin, y que pueden causar confusión respecto al genuino espíritu de Shaolin. Esperamos que de esta forma el público profano logre distinguir lo verdadero de lo falso y aprenda a respetar y apreciar más la cultura de Shaolin.”
Según el maestro superior, con el fin de proteger su reputación, el Templo Shaolin se registró como compañía en 1994, de acuerdo con la ley del país. A pesar de los años transcurridos, la compañía no ha emprendido negocio alguno. “Lo que sucede, afirma Shi, es que los monjes de esta generación tenemos ante todo la responsabilidad urgente de proteger el origen de nuestra cultura y su desarrollo. Es imposible que podamos satisfacer la demanda de aprender Kung-fu de todo el planeta."
"Debemos intensificar la protección del patrimonio de Shaolin. Ahora el templo es un lugar de interés turístico, donde cada día se atienden a miles de turistas, lo cual afecta en cierta medida la vida y el estado espiritual de los monjes. La inclusión del templo en la lista de ‘patrimonio cultural’ de la UNESCO ayudará a proteger mejor el Kung-fu de Shaolin, un tradicional sistema cultural chino," afirmó el maestro.
El Templo Shaolin se construyó en el año 495, por orden de la corte imperial, para un monje indio. Tiene una historia de 1.509 años. Está ubicado en la montaña Shaoshi, en Dengfeng, provincia de Henan. Allí nació el Tchan del budismo de China.
A finales del siglo VI, el templo organizó la práctica de Wushu entre los bonzos, con el fin de proteger las propiedades del lugar. Los ejercicios se fueron perfeccionando hasta devenir un sistema completo de kung-fu, que incluía captura, lucha, kung-fu con armas, y kung-fu interno. Los movimientos de corto alcance se apoyan en el valor, procuran la fuerza interna y se caracterizan por retomar la iniciativa, atacando después que el enemigo ha atacado por vez primera. De tal suerte, se fundieron en una misma combinación la ideología budista con el kung-fu. A finales de la dinastía Ming y a principios de la dinastía Qing, el kung-fu de Shaolin alcanzó su clímax, al contar con más de 700 sistemas. Así nació una de las tres maravillas de Shaolin, junto con el Tchan y la medicina del templo. En esa época había más de 2.000 monjes practicando kung-fu y residiendo en el templo.
Sin embargo, desde finales del siglo XVII hasta inicios del siglo XX, la corte imperial prohibió la práctica del Wushu. A ello se sumaron las convulsiones sociales, los conflictos y guerras y los movimientos políticos y culturales. Como consecuencia de reiterados cataclismos, el templo quedó al borde de la extinción. En 1928, el caudillo militar Shi Youshan quemó cuatro de los siete patios del templo e incendió todas las obras clásicas y documentales guardadas en el Quiosco de los Sutras. Los monjes se vieron forzados a escapar. A mediados del siglo pasado, apenas quedaba alguno en el templo. De los 700 sistemas de kung-fu, sólo 200 han llegado hasta nuestros días.
En 1982, la película Templo Shaolin, en la cual desempeñó el papel protagónico el famoso actor Li Lianjie (Jet Li), atrajo nuevamente la atención mundial sobre el kung-fu Shaolin. A partir de entonces, han crecido como la espuma la fama del templo y su kung-fu. Cada año, numerosos interesados en el Wushu peregrinan hasta el templo. Por otra parte, la agrupación de monjes de kung-fu del templo también realiza representaciones en el exterior, con el fin de desarrollar las artes marciales de Shaolin. En la actualidad, el templo está sometido a la tercera restauración de mayor envergadura desde la fundación de la República Popular China, la cual apunta a recuperar su sistema arquitectónico original.
Pero a la par que retoma sus viejas glorias, el kung-fu de Shaolin se enfrenta a desafíos sin precedentes, que incluyen la dependencia religiosa, las restricciones de la normalización de los deportes modernos, el establecimiento de numerosas escuelas de artes marciales, la indiscriminada propaganda de los medios cinematográficos y televisivos, y las operaciones comerciales orientadas a objetivos lucrativos. Todo ello obstaculiza su divulgación y continuidad.
Lo que más preocupa es que el nombre del kung-fu de Shaolin ha sido usurpado por numerosas firmas comerciales en el país, y se ha registrado de manera ilegal en el exterior. “Si las cosas siguen así, algún día nos exigirán dejar de usar el nombre del kung-fu de Shaolin”, aclaró Shi Yongxin,
Este indica que el templo ha tratado de proteger el espíritu auténtico de Shaolin y de evitar su mal uso para propósitos comerciales durante los últimos años, mediante la popularización del concepto de que los monjes de Shaolin practican el Kung-fu como un método para reforzar su salud, según las exigencias de las doctrinas budistas. El templo ha organizado incluso seminarios internacionales y presentado obras de teatro y dibujos animados para explicar más claramente el apego a las enseñanzas budistas del "Kung-fu de Shaolin."
(01/12/2004,CIIC)