En el mercado chino ya ha desaparecido la escasez de artículos de consumo diario y de alimentos. El consumo ha experimentado notables cambios estructurales: los gastos en alimentación, vestido y otros artículos básicos de la vida cotidiana han bajado de forma patente, mientras que los destinados a vivienda, transporte, telecomunicaciones, sanidad, protección de la salud, actividades culturales, educación, actividades recreativas, turismo y otras áreas han aumentado de forma acelerada. La calidad de vida del pueblo ha mejorado en gran medida.
El coeficiente Engel de consumo (el porcentaje de los gastos de alimentación sobre el total de los egresos) de los habitantes urbanos y rurales ha descendido del 57,5% y 67,7% en 1978 al 37,1% y
45,6%, respectivamente, en 2003. Los habitantes urbanos tienden a comprar alimentos finos y nutritivos y de fácil preparación, y también acuden a comer en restaurantes con más frecuencia. Como resultado, las verduras elaboradas, los alimentos congelados y semipreparados, obtienen muy buenas ventas en supermercados y grandes almacenes. Es obvio que ahora los habitantes rurales consuman menos alimentos básicos y más productos derivados de animales. En cuanto a la ropa, la gente prefiere vestidos más variados, y de calidad mediana y alta, a los monótonos y de bajo precio; al mismo tiempo, el consumo que implica gustos personales está de moda y el porcentaje de confecciones se ha elevado notablemente.
Asimismo, han mejorado mucho las condiciones de vivienda, transporte y telecomunicaciones. La cantidad de artículos duraderos, como los electrodomésticos, de una calidad notablemente elevada, se ha incrementado en mayor medida. Los televisores de pantalla grande y alta definición, los frigoríficos de gran capacidad y varias puertas y las lavadoras automáticas de tambor rotatorio, digitalizadas y con bajo nivel de ruido, se han convertido en la elección prioritaria de los residentes urbanos a la hora de renovar sus electrodomésticos. Al mismo tiempo, los aparatos de aire acondicionado, los de entretenimiento doméstico, los calentadores de agua y los muebles de calidad alta y mediana son objeto de gran demanda por parte de los consumidores. El auto, los aparatos de vídeo, los ordenadores y los aparatos para ejercicio físico han comenzado a entrar rápidamente en los hogares. En 2003, los gastos en auto aumentaron un 34,5%; la proporción de los autos comprados por particulares superó el 60% y, en ciertas grandes ciudades, incluso el 80%. El consumo en concepto de vivienda, igualmente, registró subidas constantes, pues el crecimiento en esa área llegó al 31,9% en 2003.
|
|