“Una pendiente de montaña se ve cubierta por centenares de antílopes. Se trata del lugar de concentración del animal para el parto. Según cálculos aproximados, hay unas 1.300 antílopes, y más allá unas 3.500”. Así lo describe un artículo titulado Atravesando a pie la región de Qiangtang y escrito por un norteamericano. El artículo está bien ilustrado y narra exhaustivamente cómo el autor seguía las huellas del animal llegando a descubrir el lugar donde se concentraban miles de antílopes para el alumbramiento.
El 27 de mayo del año pasado, en vísperas del alumbramiento de los antílopes, el autor junto con Galen Noweil como responsable de video-fotografía y otros dos miembros del grupo partieron desde Lasa, caminando tras las huellas del animal en busca del lugar donde se produce el parto. Después de cinco días de recorrido en coche, llegaron a la región montañosa de Tuzegangri de Ali, región desprovista de huellas humanas a la par que se viene convirtiendo en un terreno obligatorio para le emigración del animal.
El 1 de junio de 2003, los cuatro, equipaje a cuestas, empezaron a caminar a pie en busca del lugar del parto de los antílopes. Se necesitaron más de diez días de peregrinación para poder descubrir el destino, ubicado al norte del lago Heishibei, en el norte de la región de Ali. Los descubridores tomaron fotos y grabaron varias cintas de vídeo. Según las señas que hicieron en el mapa del viaje, se trata de un terreno elevado y empotrado entre el norte del lago Heishibei de Ali y el sur de Xinjiang. Unos diez días más tarde, es decir, el 28 de junio, entraron en el territorio de Xinjiang dando fin a su expedición.
El artículo no describe minuciosamente esta localidad y sus dimensiones. Según un análisis, esto se debe en primer lugar a la falta de concisas señales en el mapa, y en segundo lugar, al temor de que lo conciso pudiera acarrear la catástrofe para el animal. La segunda razón está referida en el propio artículo.
La gamuza, como animal raro y precioso, se ha reducido a ser una víctima de la matanza del hombre que le ha llevado hasta el borde de la extinción. Gracias a la enérgica protección del gobierno chino, el número de antílopes en la reserva natural de Qiangtang en el Tíbet había recuperado el nivel de 70-80 mil, según un cálculo efectuado en 1999 por las instituciones pertinentes. Los especialistas consideran que esta cifra ahora puede subir a 100.000. Como el animal había sufrido las consecuencias desastrosas del ser humano, se puso en guardia contra él. Y el hombre a su vez encuentra muy difícil seguir de cerca al animal, sin poder esclarecer el sitio de parto de éste, si bien cierta gente se limita a saber que la gran mayoría de los antílopes en el período de alumbramiento se lanzan a emigrar rumbo al norte.
El Sr. Dawa Ciren, responsable tibetano del proyecto chino de la Fundación Mundial por la Naturaleza, remarcó: “Esta vez, el descubrimiento ha sido fruto de los esfuerzos de un grupo de personas, y cuentan con datos y materiales de video-fotografía, lo que surte gran efecto de veracidad”. Aún estima que ese suceso influye muy positivamente en la labor de investigación y de protección natural y de propaganda al respecto.
(CIIC)