El simposio con el tema de "La historia de agresión de Asia por Japón es innegable - Comentarios sobre el libro de texto de Historia japonés de versión del 2002" se convocó el día 9 por la mañana en Beijing, con la participación de más de 50 célebres historiadores procedentes de Beijing, Shanghai, Zhejiang, Shandong, Jilin, Liaoning y Heilongjiang. Los asistentes a la reunión apuntaron que, a pesar de la enérgica oposición y protesta de los gobiernos y pueblos de los países asiáticos, el gobierno de Japón aprobó el libro de texto de Historia japonés de versión del 2002, el cual, compilado bajo la dirección de organización de estudiosos del ala derecha, desnaturaliza arbitrariamente la historia, profanando así los hechos históricos.

El profesor Tang Chongnan, experto en problemas japoneses del Instituto de Historia Mundial de la Academia de Ciencias Sociales de China, dijo que el quid del problema del libro de texto reside en si Japón puede o no reconocer y abordar correctamente la historia de su agresión. Este suceso demuestra una vez más que en Japón subsiste una fuerza ultraderechista recalcitrante que pretende negar y embellecer la historia de su agresión.

Pese a ello, 899 estudiosos japoneses con sentido de justicia han manifestado en diferentes ocasiones su protesta y repulsa por el libro de texto de Historia que empezará a ser empleado el año 2002 en las escuelas secundarias.

El profesor Tang agregó que Japón debe tratar de frente la historia de su agresión contra otros países y hacer un examen de conciencia muy a fondo al respecto, pues sólo de esta manera se contribuirá al desarrollo normal de las relaciones chino-japonesas y al fomento de la paz y el desarrollo de la región de Asia y el Pacífico y del mundo entero.

El profesor Xu Yong, subdirector del Instituto del Nordeste Asiático de la Universidad de Beijing, expresó que los estudiosos ultraderechistas japoneses, al truncar y falsear a su antojo la historia, tienen la intención de utilizar el "concepto de historia del imperio" para educar y orientar erróneamente a la joven generación japonesa. Afirmó que ese libro de texto de Historia, lleno de mentiras y sofismas, opaca deliberadamente la naturaleza de la guerra de agresión desencadenada por Japón, tratando de ocultar la ambición del militarismo japonés de anexionarse China, Corea y otros países asiáticos. Esta práctica es una adulteración de los hechos históricos universalmente reconocidos y una difamación contra la causa antimilitarista de los pueblos de China y otros países asiáticos.