Hace unos días, la alianza de evaluación autónoma para el ingreso a la universidad –integrada por las siete universidades más importantes de China— público una notificación de admisión conjunta para el próximo año. La Universidad de Renmin de China no fue incluida, pese a ser parte de esta alianza desde el año 2011. Información publicada por medios de comunicación sugiere que la exclusión de esta universidad está relacionada a su último escándalo de corrupción.
Cai Rongsheng, jefe de la oficina de admisión de la Universidad de Renmin, fue acusado el mes pasado de malversación y corrupción. Otras hechos más también salieron a la luz, generando un impacto negativo en la prestigiosa universidad.
Tras ser anunciado por los medios de comunicación, el arresto de Cai aumentó el número de debates en torno a la política actual de matriculación autónoma. Como un proyecto piloto que apunta a explorar nuevas posibilidades para hacer el sistema de educación superior chino más justo, la matriculación autónoma únicamente ha sido promovido en unas pocas universidades de alto rango en China. Se espera que rompa el punto muerto de la quintaesencia de los exámenes de admisión universitarios, conocido popularmente como “gaokao”, y permita una mayor variedad en el sistema de evaluación de talento, como por ejemplo en los campos de la música, las artes y los deportes, en los cuales algunos estudiantes deben contar con aptitudes precisas para ser admitidos en la universidad.
El viejo sistema de gaokao ha sido criticado vehementemente en el pasado. Este conjunto anual de exámenes es probablemente uno de los pocos caminos para los jóvenes chinos de ir a universidades, mismos que definirán si su visión de la vida puede ser ampliado y si su estatus social puede ser mejorado. Pero demasiada uniformidad y la idea equivocada de que “el conocimiento debe prevalecer” deja tanto a estudiantes como a sus padres insatisfechos. La matriculación autónoma, la cual delega los derechos de admisión a cada universidad, es un sistema ampliamente esperado para cambiar el rígido sistema de admisión a la universidad.
El añadir una matriculación autónoma al gaokao ha causado indudablemente algunos efectos positivos para vitalizar las agitadas aguas del sistema de admisión universitario de China, pero una falta de inspección y de restricción otorga poder absoluto a sólo unos pocos individuos, quienes corren el riesgo de violar la ley en beneficio de sus propios intereses. El escándalo en la Universidad de Renmin es un llamado de atención a la personas que impulsan profundamente una reforma del gaokao. La corrupción y la injusticia pueden proliferar bajo distintos disfraces.
Una evaluación del viejo sistema de gaokao deja ver que el proceso estrictamente controlado por el estado puede aún garantizar a la mayoría a que sean tratados justamente y que pocos puedan escaparse de este requisito obligatorio. Al menos por ahora, el papel guía del viejo sistema gaokao no puede ser ignorado. Antes de que un sistema más maduro y más confiable tome su lugar, el gaokao debe continuar siendo la columna principal de la mayoría de los jóvenes talentos chinos para que sea la diligencia –y no los sobornos—lo que brille en su camino a la universidad.