Un hospital en la suroccidental provincia china de Sichuan abrió una clínica para tratar a los pacientes que padecen síntomas relacionados con el smog, destacando la gran preocupación de la ciudadanía china por la contaminación.

La clínica en el Hospital Popular No. 7 de la ciudad de Chengdu ya ha recibido más de 100 pacientes desde que abrió sus puertas a principios de mes.

El doctor Wang Qixun declaró que la apertura del centro responde al aumento el año pasado del número de pacientes aquejados de alguna enfermedad relacionada con el smog.

Desde su inauguración el 9 de diciembre, la clínica ha tratado un promedio de 12 pacientes al día que por lo general presentan síntomas como tos y dolor o picazón en la garganta, así como asma y “padecimientos coronarios provocados o agravados por el smog”, explicó Wang.

En un gran cartel rojo en la puerta del departamento de consulta externa de la clínica se lee: “No debemos temerle al smog. Se puede prevenir y curar”, según la foto publicada por Radio Nacional de China en su sitio web.

La creciente clase media china está harta de la contaminación del aire que ha ido a la par del espectacular desarrollo económico del país. El término PM2,5 que se refiere a partículas diminutas en el aire que pueden llegar a lo más profundo de los pulmones forma parte del vocabulario cotidiano del chino.

Pan Xiaochuan, profesor de la escuela de Salud Pública de la Universidad de Beijing, aseguró que no tenía conocimiento sobre la existencia de otras clínicas para tratar el smog en China.

“No puede decir realmente que un síntoma como la tos o el dolor de garganta es causado por las partículas PM2,5. El invierno es la verdadera causa”, aseveró.

“Habrá más hospitales que seguirán sus pasos porque pienso que es una forma de aumentar los ingresos de estos”, sentenció Pan.

Chengdu, la capital de Sichuan, tiene relativamente pocas industrias y los niveles de contaminación del aire son considerablemente bajos con respecto a Beijing y otras ciudades del norte de China pero siguen siendo altos cotejados con los estándares europeos.

El Consulado de Estados Unidos en Chengdu, que mide la calidad del aire, publicó cierto día una lectura de 160 — o dañina — sobre la base de la medición de PM2,5 de 73 microgramos por metro cúbico. El nivel seguro según los parámetros de la OMS es de 25 microgramos por metro cúbico. La lectura china, que tiene un sistema de clasificación diferente, esa misma fecha emitió un “ligeramente contaminado”.