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spanish.china.org.cn | 25. 12. 2013 | Editor: Ara | [A A A] |
“Ya tengo un purificador de aire en casa pero no parece tener un buen efecto y por eso mi esposa y yo decidimos comprar otro ante el deterioro de la calidad del aire”, aseveró Xu.
A Xu le dijeron que tendría que esperar hasta 20 días antes de que pudiera recibir el producto por la gran cantidad de pedidos que se acumuló en la fábrica en China de la marca radicada en Suecia. Su precio también había subido a tres mil y pico yuanes, sentenció Xu.
Otra residente en Shanghai, de apellido Ai, señaló que había comprado 15 máscaras desde el pasado mes de noviembre.
Ai compró además un purificador de aire por 2,400 yuanes después de que casi todos sus colegas en la oficina hablaban del tema el 6 de diciembre, el día en que la ciudad respiró el peor aire de su historia.
“También me gasté más de 500 yuanes comprando comida como agárico negro, dátiles rojos chinos, o azufaifas y tremella, que en teoría son muy buenos para minimizar el daño causado por la contaminación”, explicó.
El smog se ha apoderado de vastas partes de China desde el comienzo de diciembre, conduciendo al cierre de colegios y autopistas y al retraso de vuelos.
Una espesa niebla cubrió el Norte y el Este de China y la región del delta del río Yangtsé fue una de las más afectadas.
La densidad de partículas PM2,5 en Shanghai superó los 600 microgramos por metro cúbico, más de ocho veces el límite de 75 de la nación el día 6 de diciembre, en que el índice de la calidad del aire alcanzó el máximo nivel en la escala de insalubridad.