Sin lugar a dudas fue el presidente chino, Xi Jinping, la persona que más influenció el año 2013. En el ajedrez mundial, el constante movimiento de China contrastó con la falta de liderazgo de la Unión Europea y la parálisis política de Estados Unidos. En 12 meses, el máximo dirigente chino introdujo una poderosa prosa para expresar el clima general intelectual, moral y cultural de una época, el sueño chino. El sueño chino de Xi es una síntesis dinámica que puede presentarse como un tríptico de las visiones entrelazadas de “la China moderna”, “la China global y “la civilización china”.