Un niño de ocho años que sufrió la amputación de ambas piernas, nada junto a un delfín que perdió su cola y utiliza una prótesis.

Cieran Kelso, hijo de un matrimonio de Norwich, Reino Unido, enfermó de meningitis cuando tenía menos de un año de edad. A consecuencia de la enfermedad, los médicos debieron amputarle ambas piernas.

Desde entonces, la familia ha procurado que el pequeño lleve una vida normal, y él ha respondido con voluntad y alegría de vivir. Actualmente, Cieran no permite que su condición le impida disfrutar de actividad física. Juega al fútbol sobre sus piernas artificiales, y nada con gran desenvoltura gracias a unas aletas protésicas encargadas a la medida.