
Un grupo de psicólogos estudió a personas de diferentes situaciones financieras y descubrió que los ciudadanos de la clase alta son más propensos a mentir, timar y violar las leyes que sus iguales de las clases más bajas.
Los resultados podrían ayudar a explicar los ejemplos más recientes de comportamientos poco éticos, tales como la codicia y la indiferencia de muchos de los miembros de la élite de Wall Street que provocó la crisis financiera mundial. Anuncio: La historia continúa más abajo.
Los investigadores creen que el dinero en efectivo y las conexiones para solucionar las consecuencias de sus actos inmorales pueden ser una de las razones por las cuales los ricos llegan a ser indisciplinados. Como parte de una serie de estudios, los investigadores grabaron el comportamiento de los conductores en un paso peatonal y en una intercepción de vías en cuatro sentidos con se?ales de pare.
Así descubrieron que el 30 por ciento de los conductores de coches de lujo ?símbolo del estatus social- adelantaban a otros conductores, en comparación con menos del 10 por ciento de aquellos al volante de vehículos menos ostentosos. Los conductores ricos también fueron menos propensos a ceder el paso a los peatones que los de clases sociales inferiores.
El equipo, encabezado por Paul Piff de la Universidad de California, Berkeley, descubrió además que las personas de la clase alta son más propensas a hacer trampas en los juegos de dados en que las puntuaciones más elevadas se premian con mayores recompensas en metálico que las personas con menos dinero, incluso después de tabular el estudio según las diferencias de edad, origen étnico y sexo.
En términos generales, el estudio concluyó que los miembros de la clase social más alta exhiben mayores posibilidades de mostrar más ansias y participar en comportamientos poco éticos.
Los autores subrayaron que la mala conducta de la clase alta podría deberse a la mayor privacidad en sus profesiones, lo cual puede disminuir sus percepciones de riesgos asociados a cometer actos inmorales.
Además, consideraron que a los más afortunados les preocupa menos la evaluación de otras personas y se muestran más concentrados en sus metas, lo cual podría instigar en mayor medida las tendencias poco éticas. ''En su conjunto, todos estos factores pueden promover una serie de normas culturales compartidas entre los miembros de la clase alta”, destacó el doctor Piff, cuyos resultados durante la referida investigación fueron publicados en la revista Procedimientos de la Academia Nacional de Ciencias.
Sin embargo, también existen las excepciones, tales como la extensa laborfilantrópica de multimillonarios como Warren Buffett y Bill Gates, y las denuncias de ilegalidades por parte de dos ex vicepresidentes de WorldCom y Enron, concluyeron los autores.
Por Nicky Phillips