Son ciudadanos extranjeros que pasan su infancia en China, y mientras se encuentran, de algún modo, disfrutando de lo mejor de la vida, a menudo se sienten solos sin sus padres. Estos son los hijos de familias chinas en el extranjero, que en una edad temprana fueron dejados al cuidado de sus abuelos en China.
El condado de Guntou en Fuzhou, provincia de Fujian, es una zona densamente poblada con estos bebés “extranjeros”. Según la revista Globe, Guntou tiene alrededor de 60.000 habitantes, y más de 2.000 de ellos son los llamados niños “dejados”, cuyos padres trabajan en el extranjero y están demasiado ocupados para criarlos.
Xiao Fang, presidenta de la Federación de Chinos Retornados de Ultramar en Guntou, señaló que muchos residentes locales han ido a más de 30 países extranjeros para trabajar o estudiar, y la mayoría, unas 40.000 personas, optó por los EE.UU.
Sin embargo, Xiao reveló que muchos de los padres sólo pueden encontrar trabajos ocasionales en el extranjero, y frente a una presión considerable en casa y en sus profesiones, se ven en apuros para criar a sus propios niños.
“Los niños fueron enviados a China por lo general durante su infancia”, dijo Xiao, “y sus padres también suelen enviarles leche en polvo desde los Estados Unidos”.
Algunas estadísticas muestran que miles de niños nacidos en el extranjero llegan al condado de Guntou cada año, pero sus padres no los abandonan: “El total de los depósitos en el banco local puede llegar a más de mil millones de yuanes (158 millones de dólares) cada año, y la mayoría se debe a las remesas de los trabajadores en el extranjero”, agregó Xiao.
Los niños “extranjeros”, sin duda, disfrutan de una buena vida, comentó Globo. Yu fue llevado a la casa de sus abuelos cuando tenía sólo tres meses de edad. Su casa en Guntou es “un mundo de juguetes”.
Con tres años de edad, Yu ya domina los juegos en su iPad, dijo orgullosa la abuela de Yu. “No sabemos cómo usar el iPad todavía, pero a Yu le gusta mucho. Por lo general lo utiliza para hablar con sus padres a través de videoconferencia”.
Su madre, Su Yi, dijo que no tuvo más remedio que dejar a Yu con sus abuelos. “Mi esposo y yo trabajamos más de 10 horas todos los días. Nadie está aquí para cuidar de él”.
“Pero hablo con Su casi todos los días y vuelvo a China cada año, lo estamos llevando bastante bien”, dijo Su.
Algunos padres deciden tener a sus hijos con ellos en los Estados Unidos, pero los niños “tienden a sufrir de autismo infantil, falta de respuesta social o no muestran interés en los demás”, respondió Su.
Por otro lado, algunos padres “a larga distancia” sienten que su decisión ha provocado el alejamiento de sus hijos.
Ji Ping (32) ha estado trabajando en un restaurante chino en Londres por más de seis años. Sin embargo, hablando de su hija, ella no puede dejar de llorar. “Hace tres años que no la veo. Estoy ocupada todos los días, y sólo puedo hablar con ella a través de videoconferencia o por teléfono una o dos veces al mes. Lo peor es que ahora soy como un extraño para mi hija. Una vez la llamé por su nombre cuando estábamos charlando en línea, pero sólo se concentraba en sus juguetes, ni siquiera se detuvo para mirarme”.
De hecho, no sólo los padres sino también los abuelos están preocupados por sus pequeñas cargas extranjeras, señaló el Globo.
Los ancianos tienen un dilema: no quieren mimar demasiado a los niños y arruinarles su futuro. Tampoco quieren ser culpados por los padres de maltratar a sus hijos.
“No soportamos regañar o golpear a nuestros nietos cuando cometen errores. Los niños hoy día son muy inteligentes y tienen un carácter fuerte. Ellos simplemente no nos escuchan”, dijo Jiang Bao (58).
Yang Yanyu, maestro en una guardería local, siente que las abuelas y los abuelos no están muy al día con los métodos modernos de enseñanza, por lo tanto no pueden aceptar los nuevos métodos, tales como la “educación a través del entretenimiento”.
A menudo se quejan de que la escuela ha dejado a los estudiantes mucho tiempo para jugar y les piden a los maestros más tarea para los niños. Aunque las escuelas tratan de discutir sus inquietudes a través de reuniones, “los abuelos son bastante reacios a participar”, dijo Yang.
Por lo general, a la edad de cinco años los niños son devueltos a los países extranjeros donde sus padres residen. De acuerdo con Su Yi, su hijo irá a una escuela primaria en los EE.UU. y viajará a China durante las vacaciones de verano para estudiar chino.
“Tenemos la esperanza de que los niños vuelvan a China después de haber vivido en el extranjero por un tiempo, de lo contrario, con el tiempo se olvidarán de nosotros”, dijo preocupada la abuela Ni Xiuzhou.
(Por Pueblo en Línea)