Guo Meimei y las trampas de la caridad

El mayor escándalo del año fue el ascenso a la “fama” repentino de Guo Meimei, una joven de 20 años que decidió contar al mundo en su weibo que trabajaba para una subsidiaria de la Cruz Roja China, ilustrando sus afirmaciones con imágenes en las que posaba junto a autos deportivos Maserati o con bolsos de lujo.
Su opulencia, en contraste con su fuente de ingresos, hizo saltar la chispa y los ‘buscadores de carne’ hicieron el resto en una búsqueda que acabó sacando a la luz los trapos sucios de la joven y, de paso, las irregularidades en la gestión de los fondos y donaciones de la Cruz Roja China, destruyendo la confianza pública en la Cruz Roja y generando escepticismo entorno a las actividades de caridad en China.