El 11 de noviembre es el Día de los Solteros en China (por la abundancia de ‘1’, el número solitario, en la fecha 11/11) y mientras que algunos tienen prisa por casarse antes de esta fiesta, hay un aluvión de fiestas para solteros y mucha ansiedad por parte de muchos hombres y mujeres desesperados por salir de la fila de los solteros. Sin embargo, también hay algunas bastante tranquilas que no se preocupan de su soltería.
Zhang Lin, de 39 años de edad, se casó cuando tenía 32 años. Oyó una conversación en el ascensor que realmente le hizo detenerse y empezar a pensar qué quería. Zhang estaba subiendo en el ascesor del edificio donde viven sus padres y escuchó la conversación de una vecina con su nieto. La vecina de 60 años se quejaba al niño de su madre, diciendo de que lo “había abandonado” ese día para poder ir a su clase de yoga y que otra vez lo dejaría con su abuela al día siguiente para ir a la peluquería.
Zhang dice que todavía recuerda las palabras de la abuela: “Ella gasta mucho tiempo y dinero en el ejercicio, la belleza y los spas, en lugar de cumplir con su deber de cuidar a su hijo. ¡Qué ridículo! Ella no puede reconciliarse con el hecho de que ahora ella está casada y por lo tanto debe sacrificar su vida personal por la familia”.
La frase “sacrificar la vida personal por la familia” fue la última tabla de salvación para quien en ese momento ya estaba al borde del matrimonio, preocupada por el futuro mientras estaba preparándose para su propia boda. Finalmente, se canceló la ceremonia porque hubo un revuelo muy grande en las dos familias: ella ya se había cansado de las sugerencias bienintencionadas de los familiares –estar dispuesta a tener una familia, estar dispuesta a hacer sacrificios, no estar demasiado centrada en sí misma.
“¿Por qué tengo que sacrificar la vida personal por una familia? No es que yo necesite un marido para mantenerme. Si tengo que reducir mi calidad de vida por un matrimonio, entonces no quiero casarme”, afirma Zhang a ‘Shanghai Daily’. Zhang es una gerente de consultoría de una empresa de inversiones de China, que trabaja a comisión. “Quiero ser libre de gastar mi propio dinero y el tiempo como yo quiera”.
Zhang es una de las muchas mujeres solteras que optan por aplazar el matrimonio durante un tiempo, aunque no descartan la idea. Estas mujeres suelen encontrarse en las ciudades grandes donde los costos de un matimonio son muy altos y donde hay mayor aceptación hacia la soltería. La mayoría tiene un buen nivel educativo y son económicamente independientes. Por lo tanto, pueden darse el lujo de quedarse solteras.
El censo de población más reciente, publicado el primero de noviembre por la Oficina de Estadísticas de Shanghái, muestra un fuerte aumento del número de mujeres solteras en la ciudad. “El número de mujeres solteras que optan por permanecer así ha aumentado. A medida que se vuelven más independientes, las mujeres solteras empiezan a reflexionar sobre el papel de la mujer en los matrimonios tradicionales”, dice Chen Yaya, investigadora asistente en la Academia de Ciencias Sociales de Shanghái.
Chen encontró que el 30,35 por ciento de las mujeres están ahorrando para comprar una propiedad, lo que podría indicar que tienen planes de permanecer solteras en el futuro, por lo menos por bastante tiempo, y están preparándose para ello. Las mujeres también intentan comprar su propia casa, algo que tradicionalmente corresponde a los maridos.
Muchos sociólogos indican que estas mujeres tienen autonomía económica, lo cual las hace independientes tanto social como financieramente. El matrimonio se ha convertido en una opción, no una necesidad económica como en el pasado.
“Hoy día, las mujeres deben ser muy prácticas para calcular si un futuro cónyuge realmente vale la pena”, dice Nancy Yang, de 27 años de edad, una gerente de oficina de una empresa extranjera en Pekín. “El hombre necesita un trabajo estable, un buen salario y un coche; debe poseer ya un apartamento adecuado o ser capaz de pagar fácilmente uno. Se necesita reunir muchos criterios y análisis para llegar a una conclusión acerca de un matrimonio conveniente.
Como muchas otras solteras, Yang no rechaza la idea del matrimonio por completo. Pero ella y muchas otras están desconcertadas o simplemnete cansadas de todos los asuntos de dinero que deben ser resueltos de antemano. “Voy a considerar el matrimonio un día, si me encuentro con mi príncipe azul, básicamente para casarme por amor. Pero el hecho es que esperar a que llegue el amor no siempre es tan realista”.
“De hecho, más personas, especialmente las mujeres, se casan porque necesitan a un compañero, un apoyo financiero o espiritual, o porque no pueden soportar la presión familiar y social sobre las mujeres para casarse. Pero prefiero esperar al compromiso, gracias a que ya soy muy independiente económica y espiritualmente”, afirma.
Los padres de Yang son también más abiertos relativamente y toleran sus ideas. Están tratando de convercerla para que se case, pero no la presionan, todavía. Yang ha empezado a trabajar después de conseguir un título de máster y ya está pensando en inversiones a largo plazo para su futuro, incluyendo acciones, propiedades, seguros de vida y muchas otras.
Zhang Lin, la chica de 39 años de edad quien cambió de opinión sobre el matrimonio en el ascensor, ha comprado un apartamento en el exclusivo distrito de Xuhui de Shanghái e invierte un tercio de sus ingresos en un fondo. Ella dice que todavía quiere casarse, pero añade: “Tiene que basarse en el hecho de que ninguno de nosotros sacrifique nada por el matrimonio, de otra manera nos arrepentiríamos en el futuro”.
Christie Zheng, una contable de 36 años de edad, también está planeando su seguridad futura y su jubilación. Tiene seis diferentes planes de seguros. Rompió la relación con su novio hace tres años porque ella decidió que no quería casarse entonces. El hombre se casó a sus 35 años de edad, un año después de romper con Zheng.
“El matrimonio ya no significa el éxito para la mujer, al menos no para mí. Una persona siempre puede contraer matrimonio si está determinada a ello. Es más dificil no casarse”, dijo Zheng.
En comparación con la presión social, Zheng se preocupa más por tener un hijo, no por tener a alguien que cuide de ella cuando sea mayor, sino porque le gustan los niños. “Ésa es la razón principal por la que aún podría casarse algún día, pero tener un hijo y ser una madre soltera aquí en China es muy difícil, y también es díficil para un niño estar fuera de un matrimonio”