La falta de legislación y los jugosos beneficios dificultan la aplicación de la prohibición, informan Qiu Quanlin desde Guangzhou y Duan Yan y Cui Jia desde Pekín.
China carece de una ley que regule el hábito de fumar. El país no cumplió el plazo dado hasta el 9 de enero para prohibir fumar en lugares públicos cerrados como se comprometió a hacer bajo la Convención Marco para el Control del Tabaco de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El tratado mundial contra el tabaco entró en vigor en China hace cinco años.
En algunas ciudades se ha visto cierta mejoría, especialmente con la aplicación de las regulaciones durante la celebración de eventos internacionales, tales como los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, la Expo 2010 de Shanghái y los Juegos Asiáticos de Guangzhou en noviembre de 2010.
Sin embargo, cuando los eventos concluyeron, el cumplimiento de las reglas comenzó a flexibilizarse y las lagunas han hecho estas regulaciones poco efectivas en la lucha contra el tabaco en China.
Las personas que fuman en lugares públicos siguen echando humo como si nada.
Según las estadísticas
Trece meses después de que Guangzhou empezara a poner freno al hábito de fumar en público, luego de más de 120.000 inspecciones y cuatro mil avisos de enmienda, solo una persona y cinco empresas han sido sancionadas por violar la disposición.
Las multas totalizaron 26.550 yuanes (4.176 dólares).
La aplicación comienza con una advertencia y puede escalar hasta una orden de enmienda, una petición por escrito para que se rectifique.
Si un individuo o una organización se niega a cumplirlas, las autoridades que velan por el cumplimiento de la ley pueden multar a los ciudadanos con 50 yuanes y a las organizaciones con tres mil a cinco mil yuanes. La progresión de la advertencia a la multa normalmente se demora entre 40 a 60 días.
Igualmente, en los casi tres años transcurridos desde que Pekín exigió a los restaurantes y bares habilitar espacios para no fumadores, ni una sola persona o compañía ha sido multada por violar la disposición.
Fumador pasivo
Aún cuando las regulaciones actuales se cumplan al pie de la letra, una prohibición parcial del hábito de fumar no protegerá al fumador pasivo. Por lo tanto, no es suficiente para que China cumpla sus obligaciones bajo el tratado de control del tabaco. En muchos restaurantes y bares, no hay división entre el área de fumadores y no fumadores.
Fuente de ingresos
El dinero es el meollo de la cuestión a la hora de prohibir fumar en público. Los gobiernos son adictos a los ingresos generados por la industria del tabaco. Sin embargo, expertos del sector de la salud y economistas aseguran que los costes sociales y médicos del hábito de fumar han superado los beneficios generados por la industria del tabaco.
Carga económica
Las investigaciones realizadas por varios economistas chinos revelaron que la mayor industria del tabaco del mundo no está contribuyendo al crecimiento económico de China sino afectándolo.
Los economistas sostienen que el alza de los impuestos es una de las vías más eficaces para frenar el consumo de tabaco, pero solo si se refleja en el precio de la venta minorista de los cigarrillos.
China subió el impuesto sobre los cigarrillos en mayo de 2009, medida que redundó en el aumento de los ingresos del gobierno. Sin embargo, algunos de los cigarrillos que pagan más impuestos vieron una deducción en su carga impositiva; es decir, que sus impuestos bajaron gracias al ajuste. (China Daily)