Li Jianxin, maestro sustituto: sueña volver a la clase

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Entre 1981 y 2005, Li Jianxin repetía día por día la vida simple y pobre. Al ser un maestro sustituto de la Escuela Esperanza Fuhe, en la aldea Luojiamo del cantón Huichuan, en el distrito Weiyuan, iba a la oficina de asuntos financieros de la escuela cada mes, para coger los 40 yuanes que el contador le daba. Era su salario, equivalente solamente al pico del de los maestros de plantilla. Fue uno de los 32.000 maestros sustitutos en las zonas rurales de la provincia de Gansu, quienes fueron considerados “los más pobres en el campo”. Representaban el 28,2% de todos los maestros en escuelas primarias rurales.

En 2005, el periódico Nanfang Zhoumo hizo un reportaje cerca de la vida pobre de los maestros sustitutos en Gansu, que despertó grandes repercusiones. Posteriormente el salario de Li Jianxin y sus compañeros fue elevado a 120 yuanes al mes. “Los días brillantes” terminaron al nacer la política de despedir a los maestros sustitutos, presentada por el Ministerio de Educación. El mismo día, la campaña de despedir a los maestros sustitutos fue divulgada en todo el país.

En septiembre de 2008, Li Jianxin recibió oficialmente la nota de “despedida”, y al mismo tiempo una recompensa de 800 yuanes. Fue la máxima cantidad de dinero recompensado a los maestros sustitutos quienes habían llevado más de 20 años enseñando. Li Jianxin no salió a trabajar como obrero de construcción o de reparación de aparatos eléctricos, como hacían la mayor parte de otros maestros despedidos. En su opinión, tanto la política de “despedida” como salir a trabajar, significan una humillación para ellos hombres educados.

Volvió a ser un campesino en el campo. Su familia tiene 12 mus de tierra, y en los 20 años pasados, fue su mujer quien se encargaba de ellas. Además de servir como comida para la familia, el resto de los cereales fue vendido por más de mil yuanes. Con el ingreso de Li Jianxi, la pareja selección y plantó el trigo, soja, patata, colza y angélica china. La cosecha les ganó unos 4 mil yuanes en 2009, la máxima cantidad hasta hoy día.

Sin embargo, Li Jianxin todavía quiere ser maestro, soñando volver a la tribuna de clase. En tiempos ordinarios, regresa a la escuela. A veces al pedir el auto que conduce hacia el distrito en el camino, se encuentra con sus alumnos. Está muy contento. Insiste en pagar, aun cuando sus alumnos no aceptan.

Antes de la Fiesta de la Primavera, los maestros despedidos que ahora trabajan afuera regresaban. Li Jianxin veía a algunos compañeros en la calle, los cuales ya no tienen diferencia de los campesinos comunes por el pesado trabajo físico, “Es inimaginable que ellos eran los 'ingenieros del espíritu'.”

A lo largo de 2009, el grupo de los maestros sustitutos despedidos era cada día mayor. Como Li Jianxin, la mayor parte de ellos gestiona su vida más dura con sus propias manos después de ser despedidos. Muchos optan por salir a trabajar, pero eso no le ganaría seguramente más dinero.

Una vez, Li Jianxin se encontró con un compañero de unos 40 años de edad, quien no tiene la fuerza física y la habilidad para salir a trabajar. No tuvo remedio que comprar un aparato para vender las palomitas en la calle. Cambió dos veces la vasija de gas, y costó unos 200 o 300 yuanes, pero resultó en vano. Aquel día, sólo ganó 5 yuanes. Al ver el pobre sudando, un peatón compró los crudos granos de maíz.

 

Palabras clave : maestro despedido

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