En el mismo año, el tren de alta velocidad de China atrajo la atención y causó envidia en todo el mundo. China ya cuenta con una tecnología de ferrocarril muy avanzada. Con la inauguración de la línea de alta velocidad entre Shanghai y Hangzhou el pasado 26 de octubre, que recorre la distancia de 202 km en tan sólo 39 minutos, China declaró el fucionamiento de su décimo tren de alta velocidad. El primero fue el ferrocarril entre Beijing y Tianjin, que entró en servicio el 1 de agosto de 2008.
Detrás del glamour de la alta tecnología y la gran potencia, ¿cómo se sienten los chinos sobre sus nuevos y lujosos trenes? Quizás la respuesta no sea muy satisfechosa. Basta con citar el ejemplo del ferrocarril entre Beijing y Shanghai. Este trayacto es el que dispone mayor número de trenes de alta velocidad, y antes contaba con varios tipos de trenes:
Comparación de los trenes entre Beijing y Shanghai | ||
Tipo de tren | Duración (horas) | Precios (yuanes) |
K | 18 | 179 por asiento, 306-327 por litera dura |
T | 13 | 179 por asiento, 306-327 por litera dura |
Z | 11.5 | 478-499 por litera blanda |
D | 10 | 327-409 por asiento blando, 655-730 por litera blanda, 1470 por VIP |
En abril de 2009, el Ministerio de ferrocarril de China canceló todas las líneas de trenes ‘Z’ entre Beijing y Shanghai, y las sustituyó por las líneas ‘D’. O sea, los viajeros se vieron obligados a pagar 231 yuanes más por las 1,5 horas ahorradas si querían viajar en una litera de la misma clase que antes. Y quienes no se lo podían permitir, tenían que optar por sentarse durante 10 horas. A fin de cuentas, ¿de qué les servía ahorrarse una hora y media si parten a las 8 de la tarde y llegan a las 8 de la mañana, sin posibilidad de malgastar ningún momento del día?
En consecuencia, los viajeros provenientes de las provincias vecinas a Shanghai, que antes iban primero a Shanghai y luego regresaban a su pueblo via autobuses de larga distancia, ahora no tienen más remedio que buscar billetes directos, de los que normalmente sólo hay un tren por día, o simplemente no hay, en cual caso que tienen que ir primero a la localidad vecina. Por eso los billetes, ya muy limitados, provocan aun más ‘fiebre’.
Y los ferrocarriles de alta velocidad de corta distancia, de dos o tres horas por ejemplo, ahora disfrutan de un precio de más o menos 160 yuanes por asiento, más que el doble de los precios en el pasado. Por eso muchos viajeros optan por los autobuses y desisten de los trenes.
Y yo, aún en el aire, quizás acabaré comprando un billete de avión si no puedo conseguir al final uno de tren. Pero para muchos a quienes un billete de avión les resulta algo fuera de su alcance, ¿cómo pasarán las ansias y la desesperación por no poder reunirse con la familia durante la fiesta más importante de China?