Tiempo de cambio
El dibujante taiwanés Tsai Chih-chung, famoso por sus cómics sobre filosofía oriental, ha puesto su mirada ahora en la ciencia y busca revelar las verdades y las mentiras que se encierran en el conocimiento científico a través del arte...
- Editor： Ara
- 11:40:17 2010-09-27 / spanish.china.org.cn
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| Tsai Chih-chung sentado en frente de la estatua de Laozi en la Montaña de Qingyuan, en Quanzhou, provincia de Fujian. |
Tsai Chih-chung, uno de los más exitosos artistas del cómic en Taiwán, vuelve a estar en el ojo del huracán tras 10 años de ausencia, esta vez como físico. "Puedo emplear 101 métodos para probar que la teoría de la relatividad de Albert Einstein es errónea", afirma Tsai, quien dejó la escuela a los 15 años para convertirse en dibujante de cómic profesional.
Tsai, que habla siempre con una voz suave, alega que usa la filosofía tradicional china para explicar la física, y que ha encontrado una "Fórmula Temporal", que se puede aplicar a cuerpos celestiales de cualquier masa y gravedad.
Como artista del cómic, Tsai es famoso por su conocimiento de la literatura y la filosofía tradicional China y su uso de graciosas figuras de cómic para presentar antiguas escuelas de pensamiento chinas como el Confucianismo, Taoísmo y Budismo Zen de una manera vívida y popular.
Ha producido más de 100 libros sobre pensamiento oriental, como Confucius Speaks (‘Confucio habla’) y Zen Stories (Historias Zen), y alrededor de 40 millones de volúmenes vendidos en 45 países.
Este señor de 62 años podría haber continuado disfrutando las ventajas de la fama como gran maestro del cómic, pero su incesante curiosidad le ha llevado a direcciones diferentes y a la edad de 50 se enamoró de la física.
"Tengo 10 especialidades y dibujar cómics es sólo una de ellas", comenta Tsai.
El 3 de Septiembre de 1998, Tsai cesó todo su trabajo rutinario y empezó a sumergirse en el mundo de la física. Sus investigaciones, que creía podría ver terminadas en 3 años, se convirtieron en un proyecto de una década.
Durante su reclusión de 10 años, el nuevo científico se levantaba a la 1 de la mañana cada noche para trabajar, leía multitud de trabajos académicos sobre física y matemáticas y exploraba los trabajos del universo por medio del pensamiento oriental.
