Los fósiles han sido descubiertos en la cueva de Gran Dolina, en la Sierra Atapuerca, en el norte de España.

El canibalismo continuó durante centenares de miles de años, lo cual demuestra que es una práctica que no sólo se limita a los periodos de escasez de alimentos. Tampoco tiene al parecer un sentido religioso, porque los huesos del ser humano fueron abandonados junto con los de los animales.

Por otro lado, los ricos recursos alrededor de la cueva de Gran Dolina, indican que el canibalismo no debía ser el único método para alimentarse, señala Castro. La gente recurría a esta medida para derrotar a las tribus enemigas vecinas. Según la investigación, debido a que los niños eran menos capaces de defenderse, se convirtieron en los principales objetos de matanza.