Por Jin Can
Para muchos paisanos míos, es muy difícil sobrevivir sin la comida china, por eso que la reunión de comida china ha sido la actividad social más practicada en las comunidades de chinos ultramares. Yo comparto esta adicción deliciosa, sin embargo, en una ciudad donde no hay barrio chino ni tiendas orientales, y donde domina la cultura de comida rápida estadounidense, se asomó mi otra virtud china que es la adaptabilidad y me conformo con los tacos, enchiladas y flautas que me da la cafetería de la escuela. Así pasaron días y meses.
De repente un día apareció una persona y me recomendó, con el auténtico entusiasmo mexicano, un restaurante chino muy elegante. Hizo el gran favor de orientarme hasta allá. Al entrar, inmediatamente presentí que esto sería un error más en mi vida ya irremediable. Me convencí ignorar su apariencia de un restaurante de los años 90 de China y abrí con la última esperanza el menú. Me alegré bastante al ver el nombre Pollo Kun Pao, que es uno de mis platos favoritos (en chino se dice Gongbao). Sin vacilación lo pedí, mientras esperaba recordaba con melancolía el aroma del plato, el sabor dulce y picante, y por supuesto, los colores: pollo blanco, pepino verde, pimiento rojo y cacahuate amarillo. Se dice que este plato se trata de un criterio para comprobar la destreza del chef y casi todas las fondas callejeras que he probado en Beijing lo preparan muy rico.
Por fin llegó el momento de verdad, me sirvieron un plato con ingredientes blancuras, si le tengo que dar un nombre al plato, le llamaría Surtido, es el típico plato que hacía yo cuando estudiaba en una isla donde había mucha lluvia y poca alegría, que se llama Inglaterra. Sé perfectamente el procedimiento de preparar: revisar el refri, sacar todo lo que hay, cortar todo en pedazos, tirar todo en el Wok, voltear todo durante cinco minutos, echar sal, y si es accesible, salsa de soya.
Salí del resturante con ambos el corazón y el estómago decepcionados, así también la cartera: El plato Surtido, que según mi madre, es el plato para perros y gatos, costó 150 pesos mexicanos.
Como dice el refrán chino: El inicio siempre es lo más difícil. Ya que empezó la aventura, probé otros resturantes chinos en la ciudad. Los amigos mexicanos me dieron la autoridad de calificar. El resultado varía mucho, hay unos que agradan más a los mexicanos, otros que agradan más a mí, solamente uno que agrada a ambos.
Siempre me preguntan, tanto mis colegas como mis alumnos- ¿Cómo es la auténtica comida china? ¿Si la hay en Monterrey?
Mi respuesta es única: Es una pregunta sin respuesta.
La comida china varía mucho, en diferentes regiones, diferentes provincias, diferentes ciudades, hasta diferentes hogares, tiene diferentes estilos.
Lo más conocida en el entranjero quizás sería Tim-Sum, de la provincia de Guangdong (en español Cantón), pero es solamente una pequeña parte de su comida. También se conoce el pato laqueado, que es típico de Beijing, el hot-pot, que es de la región suroeste donde se necesita comida picante para ahuyentar la humedad.
La comida se prepara a base de los ingredientes disponibles de la región. En el sur donde hay mucha vegetación, la gente come mucha verdura y pescado, y en el norte donde hay más ganados, la gente come más carne. Los ingredientes son diferentes en las cuatro estaciones del año, por eso que los platos siempre cambian.
La comida también habla por el carácter de la gente. En las provincias Hunan y Sichuan la gente come muy picante y tienen fama de ser impulsivos, y los que comen ligera y dulce de la provincia de Jiangsu y Zhejiang, son más tranquilos y finos.
Así que el pollo que como en mi casa puede ser de caldo con champiñón, pero en la casa de mi amiga se puede preparar de manera frita, o evaporada, o empanizada, puede ser con salsa picante, o agridulce, o picante dulce, puede ser con pimiento, o pepino, u otras verduras que ni siquiera tiene nombre en español.
¿Cuántos platos hay en total? No sé, ni el matemático más célebre sabe descifrar el número. Sin embargo, el menú de la comida china nunca deja de extenderse. Siempre hay manera de inventar un nuevo plato, con mezclar ingredientes que los antecesores no llegaron a combinar, o usar una nueva salsa recién descubierta. Hoy día hay restaurantes que agrega en la comida china elementos occidentales. Hace dos día probé un plato que es arroz frito con queso, tiene la superficie de lasagna, y debajo arroz frito con marisco. ¿Qué tal queda el sabor? Cada uno tiene su propia opinión y todos somos la autoridad. La comida se aprecia por el sabor, y cada uno tiene diferentes gustos. No batallemos con la pregunta: ¿la comida es auténtica china? sino ¿es rica a mi gusto?