La provincia noroccidental china de Qinghai tomará "fuertes medidas" para evitar el deterioro del lago del mismo nombre, el lago salado interior más grande del país, manifestó ayer un funcionario de la administración local.
"No sólo los proyectos en construcción sino también los restaurantes y hoteles que ya existen, todos serán demolidos", aseguró Jetik Majil, vicegobernador de Qinghai.
De acuerdo con un nuevo plan para el desarrollo del turismo en los alrededores del cuerpo de agua, el cual podría entrar en vigor el próximo año, las construcciones permanentes, incluyendo a hoteles, restaurantes, y otras instalaciones relacionadas con la atención a viajeros, serán reubicadas en una "zona de alojamiento", a una distancia de al menos tres kilómetros de la orilla sur del lago, mencionó Jetik Majil.
"Las praderas serán recuperadas tras la demolición de las edificaciones. En el futuro, los turistas sólo podrán recorrer los alrededores del lago a caballo, en bicicleta, en autobuses eléctricos, o a pie, por caminos construidos para tal fin", sostuvo el funcionario.
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