RIO DE JANEIRO, 8 abr (Xinhua) -- El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, destituyó hoy lunes al ministro de Educación, el colombiano Ricardo Vélez, tras tres meses de constantes polémicas al frente de una de las carteras más importantes del Gobierno brasileño.

Vélez, profesor de filosofía radicado desde hace años en Brasil, fue nombrado ministro de Educación después de que su nombre fuese sugerido por el filósofo Olavo de Carvalho, considerado el gurú del Gobierno de Bolsonaro.

El nuevo ministro será el economista Abraham Weintraub, quien fue brazo derecho del ministro de la Casa Civil Onyc Lorenzoni y muy próximo a Eduardo Bolsonaro, hijo del presidente. Según afirmaron asesores de Bolsonaro a la prensa, el nombramiento pretende calmar tanto al sector militar como al de Olavo de Carvalho.

El breve paso de Vélez por el Ministerio de Educación dejó la cartera dividida en tres sectores: los militares, los seguidores de Olavo de Carvalho y los técnicos del ministerio. Los tres se han lanzado duras críticas durante estos tres meses que han acabado con la salida de Vélez.

Vélez causó ya polémica con su primera decisión, en enero, cuando eliminó la secretaría de diversidad y creó una subsecretaría de alfabetización, un tema que, según dijo, era la prioridad de su mandato.

A finales de ese mes, dio una entrevista al diario "Valor" en la que dijo que "la universidad no es para todos" y aseguró que los brasileños son "como caníbales" que roban en los aviones y hoteles, por lo que recibió duras críticas y se disculpó posteriormente.

Al mes siguiente, en febrero, tuvo que rectificar de nuevo tras enviar una carta a las escuelas en la que pidió a los directores que filmaran a los alumnos cantando el himno nacional y leyendo mensajes con el lema de la campaña de Bolsonaro, "Brasil por encima de todo, Dios por encima de todos", algo que sentó muy mal en la opinión pública.

Las polémicas dentro del ministerio continuaron en marzo, con varios cambios en el equipo, a raíz del rechazo a las iniciativas ideológicas que pretendía impulsar Vélez en la educación. Olavo de Carvalho pidió sus exalumnos que se habían incorporado al ministerio que renunciaran a sus cargos.

Con Vélez debilitado ante la opinión pública, Bolsonaro admitió recientemente que el ministro "no estaba funcionando" y dejó abierta la posibilidad de un cambio. "Es una buena persona y es honesto, pero está faltando gestión, que es una cosa importantísima", dijo.

Igual que Vélez, el nuevo ministro de Educación defiende la lucha contra el "marchismo cultural" y considera que hay que combatir el avance de las ideas de izquierda que, según ha dicho, están en marcha en la sociedad.

Su inexperiencia en el cargo ha sido criticada ya por varios movimientos vinculados a la educación.

Para la presidenta del Movimiento Todos por la Educación, Priscilia Cruz, el nuevo ministro encontrará una cartera inoperante tras los primeros cien días de gobierno. "La expectativa era un ministro con experiencia en gestión pública y con la formulación de políticas públicas para la educación básica, que tuviera claros los caminos para mejorar los resultados educacionales", dijo.

Para el coordinador general de la Campaña Nacional por el Derecho a la Educación, Daniel Cara, será importante que el nuevo ministro acabe con las divisiones dentro del ministerio.

"Que el ministro no sea del área no es una novedad, porque esta ha sido la regla de los últimos años. El problema es que es un ministro dividido entre la pauta económica, próxima al mundo empresarial, y reproducir políticas de la agenda de Olavo de Carvalho y su supuesto combate al marchismo cultural". Fin