El brote de zika en Sudamérica fue favorecido por el fenómeno climático de El Niño en 2015, mostró hoy un nuevo estudio.
El estudio publicado en la revista estadounidense Proceedings of the National Academy of Science utilizó un nuevo enfoque epidemiológico que analiza la forma en la que el clima afecta la propagación del zika mediante sus principales vectores: el mosquito de la fiebre amarilla (Aedes aegypti) y el mosquito tigre asiático (Aedes albopictus).
El estudio pronostica que durante el verano existe un potencial riesgo de transmisión estacional del virus del Zika en el sureste de Estados Unidos, sur de Europa y algunos otros lugares.
De acuerdo con investigadores de la Universidad de Liverpool, el modelo utilizó la distribución mundial de tales vectores, así como factores dependientes de la temperatura como tasas de picadura de mosquito, tasas de mortalidad y tasas de desarrollo viral en mosquitos, para pronosticar el efecto del clima en la transmisión del virus.
El estudio encontró que en 2015, cuando ocurrió el brote de zika, el riesgo de transmisión fue mayor en Sudamérica.
Los investigadores consideran que esto se debe probablemente a una combinación de El Niño y el cambio climático, lo que crea condiciones favorables para los mosquitos vectores.
El Niño es un fenómeno natural que ocurre cuando hay temperaturas superiores a las normales en el océano Pacífico y que causa climas extremos en todo el mundo.
Cyril Caminade, un investigador de población y epidemiología que dirigió el estudio, indicó en una declaración que "se cree que el virus del Zika probablemente llegó en 2013 a Brasil desde el sureste de Asia o las islas del Pacífico".
"Además de El Niño, otros factores críticos pudieron haber desempeñado un papel en la amplificación del brote, como la población sudamericana no expuesta, el riesgo representado por los viajes y el comercio, la virulencia de la cepa del virus del Zika y las infecciones conjuntas con otros virus como el del dengue", añadió.
La Organización Mundial de la Salud declaró recientemente que el zika, una enfermedad vinculada con defectos congénitos y complicaciones neurológicas, ya no es considerado una emergencia internacional, sino "un importante desafío para la salud pública". Fin