Una isla de hielo que se desprendió el pasado jueves del glaciar Petermann, en Groenlandia, se dirige ahora hacia el Estrecho de Nares, situado a unos 1.000 kilómetros al sur del Polo Norte y que separa Groenlandia de Canadá.
Según explicó Andreas Muenchow, profesor de Ciencias del Mar e Ingeniería en la Universidad de Delaware, el iceberg mide 260 kilómetros cuadrados, un tamaño cuatro veces más grande que Manhattan, y tiene un grosor de 160 metros, casi la mitad del Empire State.
"El agua dulce que contiene esta isla de hielo podría mantener el caudal de los ríos Delaware o Hudson durante más de dos años", explicó el experto, cuya investigación en el área cuenta con el apoyo de la Fundación Nacional de Ciencia. "También podría también proveer a todos los grifos públicos estadounidenses de agua durante 120 días", añadió.
En los últimos ocho años, Muenchow había predicho un desprendimiento en el glaciar Petermann como consecuencia de su creciente tamaño, pero no esperaba que iceberg fuera de tales dimensiones. Desde 1962, no se desprendía un trozo tan grande en el Ártico. Ahora, dice el experto, la isla de hielo podría llegar a tierra, romperse en trozos más pequeños o moverse lentamente hacia el sur, donde podría provocar problemas en las rutas marítimas.
En cuanto a las causas, Muenchow ha matizado que es difícil saber si el desprendimiento ha ocurrido debido al calentamiento global o simplemente al flujo de agua salada bajo los glaciares, que es una de las principales causas de desprendimientos de hielo de Groenlandia.
Los datos científicos revelan que los primeros seis meses de 2010 fueron los más calurosos de la historia desde que se empezaron a registrar las temperaturas. Muchos expertos creen que los elevados niveles de gases de efecto invernadero generados por el hombre son los que causan este aumento de las mismas.