Cuando el sol poniente ilumina Hoh
Xil, región interior del “techo del mundo”, grupos de antílopes
pasan tranquilamente por los pasadizos (cruzando el ferrocarril
Qinghai-Tíbet) rumbo a las zonas del río Zhuonai y el Taiyang para
el alumbramiento, espectáculo éste que se presenta diariamente en
los terrenos de obras de construcción del ferrocarril. Shijiaming,
responsable del departamento XII encargado de las obras de
construcción ferroviaria en el trozo del río Chumar, nos explica
como sigue: a partir del 10 de junio, más de 2.000 antílopes van
pasando por grupos las vías de acceso en la zona del Chumar; al
inicio, el animal se muestra perplejo deteniéndose ante el
ferrocarril en construcción, pero más tarde, al dar con el
pasadizo, echa a correr felizmente.
La gamuza tibetana es un animal
exclusivamente particular de China y una especie rara y preciosa
del mundo. Las hembras del animal que se distribuyen en la región
de Hoh Xil inician en la época de primavera y verano su emigración
a gran escala, en dirección a las zonas templadas y fértiles del
río Zhuonai y Taiyang para el alumbramiento; un mes después de
ello, regresan con sus crías a los lugares de origen.
Las regiones de Wucaoliang y del río
Chumar construyen un terreno de tránsito obligatorio del animal.
Para asegurar su libre movimiento, la administración de
construcción ferroviaria mandó abrir cuatro accesos para el animal.
El Puente del río Qingshui, de 11.7 kilómetros de largo, y el del
río Chumar, de 4 kilómetros, fueron construidos a la luz de la
necesidad del tránsito del animal, con que se abrieron unos 3.000
huecos debajo del puente para facilitar el libre paso del
animal.
Desde junio, en las regiones de
Wudaoliang y Chumar, el departamento XII y otras instituciones
vienen efectuando una serie de inspecciones y reajustes sobre el
mismo terreno de las obras de construcción, en un esfuerzo por
recuperar la configuración terrestre, preparar patrullas para la
salvaguardia de los animales silvestres, regular el horario de
trabajo a favor de la movilidad de los mismos, fortalecer el
control de tráfico y prohibir las bocinas automovilísticas, con el
fin de garantizar el tránsito de los antílopes como es debido.
Lu Chunfang, jefe del puesto de
mando para la construcción del ferrocarril, dijo una vez: “Para
evitar efectos pasivos sobre la existencia y procreación de los
animales silvestres, los proyectistas de la construcción hicieron
todo lo posible por salvar o rodear las regiones de protección
natural, disminuir los ruidos que pudieran molestar o espantar a
los animales, así como abrir intencionadamente pasadizos en los
lugares de paso frecuente para los animales silvestres. Ahora hemos
establecido 25 vías de tránsito a tal efecto en las reservas
naturales de Hoh Xil en Qinghai y de Qiangtang en Tíbet”.
Para la elaboración de los proyectos
principalmente se siguen dos formas: la una consiste en esforzarse
en construir puentes en los lugares que frecuenten los animales,
para que estos puedan transitar por los huecos de los puentes; y la
otra, en levantar puentes encima del ferrocarril en calidad de
“pasillos aéreos” a servicio de los animales silvestres.
El director Caijia de la
Administración de la reserva natural estatal de Hoh Xil dio a
conocer que, antes de determinar el número y la ubicación de las
vías de tránsito para los animales, las instituciones de
construcción no solamente consultan con los pastores, sino también
someten los proyectos en cuestión a las verificaciones de los
especialistas versados en la protección de los seres
silvestres.
Las vías para el tránsito de los
animales, además deben concordar con las costumbres de beber y
emigrar de la gamuza tibetana, el yac, el asno salvaje y otros
animales raros.
(CIIC)