A finales del año pasado, un
espectáculo artístico titulado El antílope tibetano, creado por una
organización artística, cosechó gran triunfo al ser puesto en
escena y, en especial, su innovación artística conmovió al mundo
coreográfico. Se trata de una obra que considera tanto la costumbre
de contemplación de los espectadores chinos como el mercado de la
demanda internacional, su peculiar materia sobre la protección
ambiental, sus magníficos argumentos dramáticos, su abundante
lenguaje de carácter original, su poderoso reparto y su nuevo
estilo de operación de la inversión llaman la atención de la
sociedad. En el momento en que más gente se interesa por el destino
de la gamuza, este gran drama moderno que tiene como modelo
original dramático la trayectoria de vida de la gamuza, animal en
peligro de extinción, presenta, mediante la creación de figuras
coreográficas propias de la gamuza, un mundo jubiloso de animales
de meseta, un misterioso cuento de vida y un proceso de amor
mezclado con pasión y tristeza. Cada acto tiene un tema preciso, el
drama entra de forma gradual, desde la pasión de la vida en el
prólogo hasta los disparos que rompen la armonía y hacen
reflexionar en el epílogo, en el auge: despertar la pasión y
exhortar a la protección ecológica.
(CIIC)